opinión. En noviembre del 2010, salió publicada en el diario La Prensa una información titulada “Panamá convertirá áreas protegidas en destinos turísticos”. Enhorabuena, dijimos por tal anunciada decisión, más porque provenía de los organismos que regentan el ambiente y el turismo: Autoridad Nacional del Medioambiente (Anam) y la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP).
Tal regocijo se fundamentó, primero, porque Panamá tiene un enorme potencial para el turismo ecológico con variedad de paisajes y parajes ecológicos todavía sin explotar, y debido a que las áreas protegidas en Panamá -con la normativa existente- hace casi imposible que sean elementos clave en el desarrollo del turismo, tal como ha ocurrido en países como Costa Rica.
Como emprendedores, nos propusimos realizar un proyecto turístico vinculado con la naturaleza, un lugar en el cual pudiésemos brindar un servicio de alojamiento y restaurante. De allí que, siendo dueños de una propiedad titulada dentro del Parque Nacional Campana, consideramos que era el sitio ideal para implementar nuestra idea, toda vez que el área carecía de servicios elementales para cualquier tipo de visitante, librando entonces una verdadera lucha contra la burocracia de la Anam que daban la impresión –algunos- de que era un museo intocable, además de la obsoleta normativa de su plan de manejo.
En la publicación, también se mencionaba que las áreas protegidas estarían incluidas dentro del plan de publicidad que implementaría la ATP al mercadear el país. Si bien los últimos gobiernos se han destacado por la promoción turística, la misma se da en el turismo de compras, negocios, convenciones y de playa, dejando de lado nuestra naturaleza y todo lo que ella ofrece. Se decía también que se lanzaría una campaña para el aprovechamiento de 12 áreas protegidas, que serían convertidas en destinos ecoturísticos bajo un concepto de sostenibilidad ambiental y económica e, inclusive, que se iniciaría con 200 mil dólares.
Este plan gubernamental para el Parque Nacional Campana iniciaría con buen pie, dado los adelantos privados en el área, como emprendimientos con servicio de hospedaje y restaurante y los realizados en las áreas vecinas, como la comunidad de Chicá. Han transcurrido más de 6 meses sin que se observe el lanzamiento de tal promoción. El Parque Nacional Campana, a solo 55 kilómetros de la ciudad capital, de clima fresco, exuberante vegetación, abundancia de aves y otras especies, con una carretera en buen estado, cuenta con los elementos necesarios para atraer al turista, porque Panamá tiene algo más que sol y playa para ofrecer.
