La Unión Europea (UE) presentó ayer los nuevos mapas de transportes que pretenden conectar por tierra, mar y aire sus cuatro puntos cardinales y que muestran la buena marcha de los dos corredores en España, el Mediterráneo y el Atlántico.
“Es un momento fundamental, el plan está preparado y ahora les toca a los Estados preparar los proyectos concretos y hacer el trabajo”, afirmó el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Transporte, Siim Kallas.
Kallas presentó en la capital de Estonia los nuevos mapas con el recorrido de los nueve corredores de la Red Transeuropea de Transporte (TEN-T), que sigue aún pendiente de recibir el visto bueno final del Parlamento Europeo, un voto que se ha retrasado hasta la sesión plenaria de noviembre.
A partir del 1 de enero de 2014, el dinero para las infraestructuras estará disponible, aunque hasta la primavera no se abrirá el proceso de licitación para que los países presenten las obras concretas a cofinanciar con fondos europeos, y la comisión tomará su decisión hasta “finales de verano o principios de otoño”.
Hicieron falta más de tres años de tensas negociaciones políticas para decidir qué proyectos “prioritarios” serían cofinanciados con dinero europeo a través del mecanismo “Conectar Europa”, que cuenta con 35 mil 500 millones de dólares de 2014 a 2020 para políticas de transporte.
Ante el temor de que los Veintiocho no estén a la altura del ambicioso proyecto y no asuman su parte de los esfuerzos financieros en una época marcada por la fragilidad de las arcas públicas, Kallas advirtió de que se usarán “todas las herramientas” para “forzar y facilitar” la construcción de los proyectos prioritarios.
Un caso ilustrativo -y al que Kallas hacía referencia- es el desfase que existe entre el ritmo de construcción de las infraestructuras ferroviarias en España, que se considera un ejemplo de buen uso de los fondos comunitarios y de rapidez en la ejecución de los proyectos, y Francia, que baraja retrasar la alta velocidad.
“No hay un cuestionamiento de los proyectos, ningún procedimiento está abandonado, no los hemos dejado”, afirmó el ministro francés de Transporte, Frederic Cuvillier, “sin embargo, necesitamos revisar la sostenibilidad de los grandes proyectos”.
