El servicio estadounidense de transporte Uber está planeando una expansión agresiva en Alemania pese al rechazo de ciudades como Berlín y Hamburgo, que han cuestionado su derecho a operar en un mercado muy regulado dominado por los taxis tradicionales.
La compañía, que tiene su sede en San Francisco y permite a los usuarios pedir traslados a través de aplicaciones en sus teléfonos avanzados, anunció que había una “gran demanda” por sus servicios en ciudades alemanas donde aún no opera.
La empresa tiene previsto introducirse en Colonia y Stuttgart este año, y también considera la posibilidad de hacerlo en Nuremberg, Bonn, Essen, Dortmund y Potsdam.
En la actualidad, Uber opera en Berlín, Hamburgo, Munich, Frankfurt y Düsseldorf. Pero ha tenido problemas en la capital y en la ciudad portuaria de Hamburgo, que han prohibido el servicio por las preocupaciones de que los conductores carecen de licencia para llevar a pasajeros y no tienen cobertura total de seguro.
