El Estado ruso da un paso decisivo para monopolizar los recursos energéticos en el país con la adquisición de la petrolera Sibneft, del magnate Román Abramovich, por el gigante de gas Gazprom, en una operación financiada por bancos occidentales.
Gazprom, monopolio semiestatal de gas, anunció esta semana que ultima las negociaciones con un consorcio de bancos occidentales sobre un préstamo récord para Rusia de 12 mil millones de dólares para comprar Sibneft al propietario del Chelsea londinense.
"Planeamos concluir antes de finales de año las negociaciones con Sibneft sobre su adquisición", declaró el vicepresidente de Gazprom, Alexandr Medvedev, quien añadió que esta transacción permitirá a su empresa aumentar considerablemente las exportaciones de carburantes.
Inicialmente, Gazprom compitió con la estatal Rosneft por la compra de Yuganskneftegaz, la principal filial extractora arrebatada por el Estado al gigante privado Yukos, derrotado con polémicas demandas fiscales retroactivas por 28 mil millones de dólares.
Posteriormente, planeó una fusión con la propia Rosneft, que se frustró por luchas intestinas en el Kremlin, que finalmente optó por otorgar a Rosneft la joya de Yukos por solamente 9 mil 400 millones de dólares.
Ahora le toca a Gazprom, que, además de absorber la compañía de Abramovich, próximo al Kremlin, vende por 7 mil 500 millones de dólares a la empresa estatal Rosneftegaz el 10.74% de sus acciones, que dan al Estado el control oficial del gigante de gas.
Gazprom, mayor productor mundial de gas natural y monopolista de su distribución en Rusia, también ha comprado lotes en compañías eléctricas, en constructoras de plantas nucleares y en empresas que fabrican turbinas y otra maquinaria para las centrales atómicas.
Con esa expansión a otros sectores energéticos, Gazprom pretende erigirse en un consorcio de nivel mundial llamado a convertirse en importantísimo suministrador europeo y mundial de carburantes.
Esas y otras fusiones cumplen el objetivo del Kremlin de centrar en manos del Estado el control de los recursos energéticos, la mayor riqueza del país.
