NUEVA YORK, Estados Unidos (EFE). —Tras el día de Acción de Gracias, los estadounidenses se lanzarán hoy, viernes, como todos los años, a una actividad compradora frenética, en una jornada considerada como un termómetro de la marcha económica del país.
Bautizada como el "Viernes Negro" -por ser cuando tradicionalmente los comerciantes salían de números rojos-, la jornada de mañana es considerada como la de mayor consumo de todo el año, así como la del arranque oficial de la campaña navideña.
De hecho, con el estómago lleno tras la copiosa cena de pavo, los consumidores estadounidenses tienen ante sí el difícil reto de batir los 7 mil 300 millones de dólares que se movieron en transacciones en esta misma jornada del año pasado.
Según una encuesta encargada por la Federación Nacional de Venta al por Menor, se calcula que este año saldrán de compras, durante el viernes y el fin de semana, cerca de 130 millones de estadounidenses.
En el 2003, el día después de Acción de Gracias superó de nuevo a su tradicional competidor, el sábado anterior al día de Navidad, que en ocasiones se ha colocado como el día con mayores ventas de todo el ejercicio, según datos ofrecidos por el Consejo Internacional de Centros de Compra.
La vista de todos los analistas se encuentra puesta, por tanto, en el día de hoy, ante la importancia que tiene el consumo minorista en el país, pues mueve las tres cuartas partes de la economía.
El volumen de ventas de hoy supone, en este sentido, un claro indicador de la situación de la mayor economía del mundo, algo importante en un momento en que se teme que el alza de los tipos de interés pueda frenar el gasto de los consumidores. De hecho, algunos expertos creen que este año será peor que la campaña pasada, debido al alza de los combustibles, que ha dañado el bolsillo de los consumidores, al temor por el alto nivel de desempleo y al pesimismo por la guerra en Irak.
También influirá la subida de los tipos de interés decidida hace solo unas semanas por la Reserva Federal, y que supone en la práctica un encarecimiento de los préstamos hipotecarios y de consumo, y mayores dificultades de las empresas para obtener financiación.
