Alrededor de 2.8 millones de personas necesitan asistencia alimentaria en tres países de Centroamérica, tras dos años seguidos de la gran sequía que diezmó los cultivos y exacerbó el hambre entre los pobres, señaló la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La prolongada sequía que comenzó a mediados de 2014, ligada al fenómeno climático El Niño, ha minado la subsistencia de los agricultores en el llamado “corredor seco” de Centroamérica, que atraviesa Guatemala, El Salvador y Honduras.
El paso de tanto tiempo con escasas lluvias ha dejado a los campos secos, con grietas en el suelo y cultivos atrofiados por la falta de agua.
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU dijo en abril que está brindando ayuda —arroz, legumbres y dinero para comprar comida— a 1.6 millón de personas afectadas por la sequía en Guatemala, El Salvador, Honduras y Haití. Unos 3.5 millones de habitantes enfrentan problemas para alimentarse en Guatemala, El Salvador y Honduras, y de ese número, 2.8 millones dependen de la asistencia alimentaria para sobrevivir, dijo la FAO.
“Tenemos una de las peores sequías en décadas”, dijo Anna Ricoy, experta regional de la FAO en reducción del riesgo en desastres. “Es una sequía recurrente que año tras año está erosionando el sustento de los pequeños agricultores. Es un desastre silencioso”, manifestó Ricoy a la Fundación Thomson Reuters por teléfono.
Debido a la sequía, Honduras declaró el estado de emergencia en su corredor seco a mediados de 2015 y la medida aún sigue vigente. “Las personas han estado y están vendiendo sus activos para sobrevivir, vendiendo tierra y semillas, reduciendo la cantidad de comidas al día y la cantidad de proteína que ingieren”, dijo Gianni Morelli, asesor de respuesta en desastres para América Central de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.