El Gobierno uruguayo reglamentó una reforma tributaria que se aplicará desde el 1 de julio y que incluye un gravamen a las rentas de no residentes en el país, según tres decretos publicados en la página de internet de la Presidencia.
El ministro de Economía, Danilo Astori, afirmó que la reforma, que crea el impuesto a la renta de las personas físicas, el impuesto a la renta de los no residentes y el impuesto a la renta de las actividades económicas, beneficiará a la mayoría de la población pues eliminará actuales gravámenes a los salarios e incluirá sectores que estaban exonerados.
No deberán pagar el nuevo impuesto los ingresos mensuales menores a unos 322 dólares. De esa cifra en adelante, la reforma establece que tras aplicar un deducible del 30% a los ingresos anuales, al resto se le aplicará un gravamen que va desde el 10% hasta el 25%.
La reforma también establece una baja del impuesto al valor agregado (IVA) al 22%, desde el 23%.
Entre los no residentes, deberán abonar el impuesto aquellos que reciban rentas por actividades empresariales, ingresos por enajenación de impuestos, rendimientos de capital y de trabajo y por incrementos patrimoniales.