El precio de los boletos de vuelos aéreos internos debe ser dejado a la “libre oferta y demanda”, argumenta el abogado Carlos Ernesto González Ramírez.
El artículo 298 de la Constitución Política señala que el Estado debe velar por la libre competencia, “lo cual es imposible cuando se regula el precio”, explicó González Ramírez, sugiriendo que el actual régimen legal que rige el mercado de los vuelos internos es inconstitucional.
Hay que liberalizarlo, y “en el caso de que las empresas se pongan de acuerdo (en los precios), entonces debe actuarse con normas anti monopólicas”, indicó.
Sin embargo, el mercado de los vuelos internos no está bajo la jurisdicción de la entidad estatal encargada de velar por la libre competencia, la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco).
Las leyes 21 y 22 de 2003 que crearon la Autoridad de Aeronáutica Civil (AAC), le dieron potesdad a esta entidad para reglamentar estos servicios aéreos, incluyendo las tarifas de los vuelos internos. Con ello se restringió la posibilidad de intervención que tenía la institución este mercado, explicó Ildegar Herrera, jefa de Información y Relaciones Públicas de la Acodeco.
Aunque la entidad “debe proteger la libre competencia”, lo único que pueden hacer es asegurar que los jubilados reciben su descuento, señaló.
“En el caso de los costos de vuelos regionales, sí se regulan (las tarifas)”, confirmó Lil Marie Langmaid, directora de Transporte Aéreo de la AAC.
En la actualidad, los actores del mercado requieren una aprobación por parte de la AAC para realizar cambios en sus tarifas.
Por ejemplo, el año pasado “las empresas aéreas Aeroperlas, S.A. y Parsa (Air Panama) solicitaron a la AAC el incremento de las tarifas sustentando que han registrado un aumento en sus costos de operación por la inflación que vivió el país en el año 2008, inversión de equipos adecuados a las nuevas regulaciones y altos costos de seguros, piezas, impuestos y servicios públicos”.
Para González, el mercado sería el “mejor regulador de tarifas”, siempre y cuando no haya mayores barreras regulatorias para la entrada de nuevas empresas que quieran entrar a competir. Si el precio sube demasiado, esto atraería nuevos jugadores, argumentó.
Eduardo Stagg, gerente de Air Panama, piensa que “al regularse se evita que alguna empresa, por tener interés de sacar a la otra del mercado, rebaje sus pasajes al punto que quiebre a la otra y luego al quedar sola, fije el precio que se le antoje”.
Por otro lado, “una liberación de precios sería poder cobrar con base en la oferta y demanda, lo cual aumentaría el costo (al consumidor) en las rutas más atractivas y simplemente se abandonaría el mercado de las de poca demanda”, afirmó Stagg.
Eduardo Pereira, gerente de Aeroperlas, señala que a pesar de que actualmente las aerolíneas no compiten con los precios, sí lo hacen en cuanto a calidad de servicio.
Sobre el aumento que han tenido los precios, indica que “las líneas aéreas domésticas se han visto afectadas en el aumento de sus costos operativos, por la inflación que ha tenido Panamá en los últimos años”.
En ello coincide Eduardo Stagg: las causas del alza en la tarifa los últimos años se deben al “aumento de salarios, la implementación de nuevos equipos de vuelo, el cumplimiento de nuevas regulaciones aeronáuticas, al aumento en el costo de los seguros, repuestos y los intereses bancarios”.
La Acodeco, sin embargo, ya está contemplando una reforma que le permitiría asegurar la libre competencia en el sector, dijo Herrera.
