La industria automotriz panameña pide al Gobierno trabajar en conjunto para definir un plan de incentivos -por un tiempo definido-, que permita activar la demanda de vehículos nuevos.
Este plan, que podría incluir apoyos fiscales, ayudaría a bajar un inventario de aproximadamente 20 mil unidades acumuladas, debido a la paralización de las ventas por la pandemia de la Covid-19, manifestó la Asociación de Distribuidores de Automóviles de Panamá (ADAP).
Primer cuatrimestre
De acuerdo con datos de la Contraloría General de la República, durante los primeros cuatro meses del año se vendieron en el país 9 mil 229 vehículos nuevos, cifra que representa una caída de 41.5% respecto al mismo periodo del año anterior.
Gustavo De Luca, presidente del gremio, sostiene que de establecerse apoyos fiscales, en los impuestos de importación por ejemplo, “automáticamente bajarían los precios”.
“Incentivar la demanda a corto plazo se puede traducir en precios más bajos para el consumidor, lo que podría permitir aliviar la carga financiera de este sobreinventario causado por la Covid-19, y al mismo tiempo devolver este dinero al sector bancario que puede traducirse en nuevos préstamos para el consumo”, sostiene el presidente de ADAP.
Las ventas de automóviles nuevos en Panamá podrían cerrar este año con 17 mil unidades en la calle, lo que supone un descenso de 65% en comparación con los vehículos vendidos el año pasado, de acuerdo con las proyecciones de la Asociación.
Pero, la falta de respuesta en la aprobación de protocolos y la incertidumbre sobre la reactivación de los canales de venta, podría poner más presión sobre el sector.
“El pasado 2 de junio, entregamos el Protocolo Sanitario a las autoridades, una autorregulación que trabajamos de la mano de expertos de la salud, sin embargo, no hemos obtenido respuesta para estar listos, una vez se active el bloque tres”, dijo la ADAP.
El grupo también reiteró la importancia de abrir las salas de venta para poder salvar la mayor cantidad de compañías dentro del gremio, así como la mayor cantidad de plazas de empleo.
“El 80% de los ingresos de un distribuidor formal de autos viene de la venta de vehículos, de ahí la importancia para nosotros de poder activarlos y poder contrarrestar la situación actual”, dijo.
La venta de automóviles se encuentra en el tercer bloque del esquema de regreso a la nueva normalidad, que aún está pendiente por una fecha de reapertura. Para la ADAP, cada mes que pasa, se dejan de comercializar millones de dólares, lo que está generando una presión financiera importante.
“Llevamos tres meses y 15 días en suspensión y cada mes que pasa dejamos de vender aproximadamente $140 millones que podrían ayudar a la economía del país. Es muy probable que algunas empresas del gremio no sobrevivan a este escenario de incertidumbre”, señaló la organización.
“Consideramos que no hay razones de por qué estar cerrados por más tiempo, si hemos cumplido con todos los lineamientos que establecen las autoridades” agregan.
La industria automotriz en Panamá genera 5 mil puestos de trabajo directos y 9 mil indirectos. Se estima que el 50% de estos trabajadores tienen los contratos suspendidos.
“Por esta presión financiera hay posibilidades de que empecemos a tener desvinculaciones en el sector y no queremos eso porque necesitamos que las personas estén trabajando y mantengan sus puestos”, dijo el presidente del gremio.
Según cálculos de la ADAP, la distribución de automóviles nuevos genera ingresos anuales superiores a los $1,500 millones.
