JÓVENES DE ÉXITO

El artista de la geotécnica

El artista de la geotécnica
Omar Alberto Conte Robles rompe el molde de lo común. Para él, el éxito es más que números. Son experiencias vividas y compartidas.

Estaba a 50 kilómetros de donde hizo erupción el volcán Calbuco. Omar Alberto Conte Robles no escuchó ningún estruendo, y al igual que los demás no lo esperaba. No cayeron cenizas en Puerto Montt. El viento corría hacia el noroeste y las cenizas, hacia Santiago de Chile, Bariloche, Argentina, Los Andes y Uruguay.

Describe la situación como surrealista, una de pánico. “Las gasolineras tenían filas de carros, las farmacias estaban repletas de personas buscando mascarillas”. Por suerte Chile es un país organizado y rápidamente el ejército tomó el control. Intentaron contenerlo, instalaron un toque de queda y consideraron los daños.

Las cenizas hacían que los techos de las casas se derrumbaran, las casas con plantas de tratamiento de agua se dañaron, se desbordaron los ríos debido a la nieve que se derritió de la cima del Calbuco. No hubo temblores, nadie sabía nada.

Conte Robles llevaba poco más de cinco meses viviendo en Chile. Su trabajo como ingeniero geotécnico lo ha puesto en categoría de trotamundos. Sin querer queriendo, agrega con una sonrisa.

Con apenas 27 años, sus proyectos le han enviado a Nevada, Arizona, Arkansas, a 45 minutos de la frontera de México, y ahora a Chile, donde divide su tiempo entre Santiago y Puerto Montt.

Considera que la única forma de obtener la mejor experiencia profesional es a través del trabajo en campo. Para eso tiene que ir donde está el lugar que investigará, para hacer muestras de suelo, ensayos y análisis en los laboratorios, agrega.

el inicio

Conte Robles siempre fue bueno en matemática y física. Le llamaba la atención la ingeniería civil. Se matriculó en la Universidad de Lyndenwood en Missouri, Estados Unidos. En 2010 se graduó de la primera promoción de Missouri University of Science and Technology.

Mientras estudiaba, quería trabajar. “Siendo extranjero, solo podía trabajar en la universidad”, dice. Buscó trabajo en la cafetería, en la librería, en las oficinas y no había vacantes. Lo único que consiguió fue como ayudante de los undergrad de maestrías y doctorados a través de Ronaldo Luna, que se convertiría en su mentor en los próximos años. Inicialmente el trabajo era sin paga y tenía que sacar muestras en campo, sin importar si llovía o estaba soleado y analizarlas en el laboratorio.

La conferencia que cambio su vida

Era 2010, cuando estaba iniciando el proyecto de la expansión del Canal. En su último año de licenciatura, su mentor le ofreció una investigación y Conte Robles le dijo que quería hacerlo del Canal. Como panameño sentía curiosidad e interés profesional por el proyecto.

Le pidió ayuda a la ACP, que, según Conte Robles, tiene uno de los mejores laboratorios de geotecnia y le permitieron tomar muestras del suelo de la llamada “formación cucaracha”, que es sumamente expansiva con el agua debido a sus granos finos, explica.

Gran parte del fracaso de los franceses en la construcción del Canal se debe a la ignorancia de la formación de esos terrenos en Corte Culebra donde fueron los derrumbes, agrega.

El propósito de su investigación era ver si ese material que excavarían podía ser reutilizado para rellenos, construcción u otros campos.

Los resultados los recopiló en un ensayo que presentó ante el American Society of Civil engineers (ASCA, por sus siglas en inglés), en South Beach, Florida.

De esa experiencia, relata Conte Robles, aprendió a sobreponerse del miedo escénico. “Compartiendo con los expertos de la geotécnica, con profesionales que venían desde India y China y de Duncan que inventó fórmulas que usamos a diario para diseñar, siendo un estudiante, además de tener que explicar mis resultados en otro idioma”.

Se refiere a James Michael Duncan, el pionero de métodos numéricos y aplicaciones de computadora en la rama de ingeniería geotécnica. Él ha conseguido traer a la luz el análisis del riesgo y fiabilidad de pendientes de un método teórico a la práctica.

A la fecha, Conte Robles tiene tres publicaciones en distintas conferencias y es un miembro activo del ASCA.

Después de esa primera experiencia, se le acercaron otras universidades ofreciendo becas de maestría, pero le llamó la atención la oferta de la Universidad de Arkansas donde podía investigar los movimientos de la tierra con uno de los cinco radares que existían en el mundo, traído desde Suiza.

Trabajo de campo

El profesor encargado de llevar a cabo este proyecto era Richard Coffman. Él tenía el presupuesto aprobado, solo le faltaba el estudiante.

Estaría encargado de detectar los movimientos de la tierra utilizando métodos remotos.

Conte Robles enfatiza que hay métodos de monitoreo a distancia tradicional, como lo utilizan en topografía pero a diferencia de aquellos, no necesitaba instalar más dispositivos en la tierra y tenía hasta dos kilómetros de alcance. Se grababa la imagen y podía compararla con el paso del tiempo para ver cómo se movía la tierra.

Así detectó que una montaña en Arkansas se estaba moviendo, y en la carretera que la atraviesa se sentían los baches. El Estado tenía que ir a menudo a “reparcharla”. La investigación duró dos años, un año y medio dedicado al trabajo de campo mientras asistía a clases y seis meses desarrollando la tesis.

Al graduarse, comenzó a trabajar en una empresa que hace estudios de estabilidad de taludes (o pendientes), sobre todo en minas de cielo abierto, donde se encuentran minerales como el oro o cobre. Conte Robles explica que mientras más empinado es, más mineral se puede retirar pero es más inseguro para los trabajadores.

Lo contrario ocurre cuando se hace en un terreno inclinado. Se retira menos, pero se evitan los deslizamientos y otros desastres. La empresa a la que se refiere es Call & Nicholas Inc. (CNI) que tiene minas alrededor del mundo.

Pasión por el arte

Conte Robles siente un entusiasmo por esta carrera y quiere transmitírselo a cualquiera que le pregunte a qué se dedica. Es tanto la emoción que siente, que no duda en explicar lo que hace poniendo de ejemplo una estructura conocida.

“La torre de Pisa está ladeada. Estructuralmente no tiene ningún defecto, las vigas y las columnas están bien. Lo que pasa es que la mitad de la torre está en un depósito de arena que no se comprime. La otra mitad está sobre arcilla, que como el lodo, se asienta”.

Un ingeniero geotécnico estudia las propiedades del suelo y la capacidad de soporte que le puede poner encima, detalle brevemente Conte Robles.

Continua explicando que existe el suelo y la roca, y aunque la roca resiste más, a veces es difícil llegar a ella porque está más profunda.

Para poder estudiar el suelo tiene que sustraer una muestra y analizarla, pero previamente perforar la tierra. Lo más importante de estas perforaciones y extracciones es mantener la muestra del suelo lo más intacta posible, es decir, lo menos manipulada ni alterada, para que sea fiel a las condiciones del suelo.

Para Conte Robles, la geotécnica es un arte. Las cosas no son blanco o negro. El suelo no es homogéneo. Cuando se perfora la tierra, se da cuenta que un estrato de tierra es completamente diferente a uno que se encuentra a tres metros de distancia, detalla. Explica que como la roca es piedra, sale más sana, mientras el suelo es más sensible a cualquier alteración.

Actualmente reside y trabaja en un proyecto en Chile, el puente del Chacao, una estructura de 2.7 kilómetros de largo. Estará listo para 2025 y será el puente suspendido más largo de Suramérica.

Retos y consejos

Para Conte Robles es chocante la mentalidad de algunos clientes que prefieren fundaciones gruesas en vez de invertir en un estudio del suelo para ahorrar tiempo y costos. Cuando existe la incertidumbre, se sobrediseña la fundación. Eso implica más tiempo, más material y sobrecostos. Pero en los países latinoamericanos, crecimos con la noción del concrete jungle y queremos ver el concreto y el hierro, en tamaños exponenciales para sentirnos seguro.

En cinco años, espera estar de vuelta en Panamá. Por ahora, es un ciudadano del mundo.

Sin embargo, una de las personas que le ha sido fuente de inspiración ha sido la figura de su abuelo, de Aguadulce. Trabajaba en el Ingenio de Santa Rosa. Se graduó de mecánico a través de correspondencia con Estados Unidos.

Por eso, Conte Robles es una persona que no cree en la suerte, sino en el trabajo con esfuerzo y pasión. El año pasado la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) comenzó a ofrecer la maestría de geotécnica. Aún hay mucho terreno que cubrir, pero nada está escrito en piedra.

Formación académica

Magna cum laude con licenciatura en ingeniería civil con énfasis en negocios de la Universidad de Missouri de Ciencia y Tecnología en 2010.

Maestría en ingeniera civil con énfasis en ingeniería geotécnica de la Universidad de Arkansas en 2012.

Auxiliar de investigación del proyecto de grado ‘Monitoreo de estabilidad de taludes usando un interferómetro de radar de apertura real portátil basado en tierra (GBPRI)’.

Ingeniero civil en Call & Nicholas Inc. en Tucson, AZ.

Ingeniero geotécnico de Fugro Panamá. Actualmente trabaja en el Puente de Chacao, en Chile.

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