El petróleo tocó un máximo en siete años impulsado por las perturbaciones de la oferta, las tensiones geopolíticas y un aumento de la demanda, pese a los temores por avance de la variante ómicron.
El barril de Brent del mar del Norte llegó a cotizar en 88.13 dólares el barril, en tanto el West Texas Intermediate (WTI) alcanzó los 85.74 dólares, sus niveles máximos desde octubre de 2014, antes de caer levemente durante la sesión.
Al cierre en Estados Unidos, el barril de Brent del mar del Norte subió 1.19% hasta los 87.51 dólares, en tanto el WTI ganó 1.92% y se situó en 85.74 dólares el barril.
Varios factores contribuyen a este incremento. Por un lado, la interrupción de la producción en Libia, en Nigeria, en Angola, en Ecuador y, más recientemente, en Canadá por el frío extremo, explicó Hussein Sayed, analista en Exinity.
La producción disminuye en países como Angola o Nigeria, que aporta medio millón de barriles diarios menos que a mediados de 2020. Los mercados siguen concentrados en el delicado equilibrio entre oferta y demanda indicó Walid Koudmani, analista en la firma XTB.


