Una forma en la que los ricos se vuelven más ricos es a través de la herencia, y apenas pagan impuestos por ella.
Se proyecta que los estadounidenses heredarán 764 mil millones de dólares este año y pagarán de media un impuesto de solo el 2.1% sobre ese ingreso, según estima la profesora de Derecho de la Universidad de Nueva York, Lily Batchelder, en un estudio publicado por la Brookings Institution.
Por el contrario, el impuesto estimado al trabajo y al ahorro es del 15.8%, más de siete veces mayor. Muchos trabajadores de ingresos más altos pagan mucho más, con la tasa impositiva marginal más alta en la actualidad del 37% más impuestos sobre la nómina.
En todo caso, deberíamos gravar los ingresos de las herencias a tasas más altas que los ingresos del trabajo, dijo en una entrevista telefónica Batchelder, ex asesora del presidente Barack Obama, que ha participado en varias campañas presidenciales demócratas con asesoramiento sobre política fiscal.
Para hacer que el sistema sea más justo, Batchelder propone eliminar el impuesto al patrimonio y reemplazarlo con un impuesto a la herencia. La diferencia es más que una cuestión simplemente semántica. El Centro de Política Fiscal de Urban-Brookings estima que su propuesta, presentada con detalle en el informe, podría recaudar hasta 1.4 millones de millones de dólares en los próximos diez años.
Según el sistema actual, los estadounidenses ricos y sus bienes deben pagar el 40% de los legados y regalos a herederos. Sin embargo, tienen muchas formas de evitar el impuesto. Para las parejas casadas, los primeros 23.2 millones de un patrimonio están exentos de impuestos.
La propuesta de Batchelder eliminaría este sistema, en el que los bienes están sujetos a impuestos, y lo reemplazaría con un sistema en el que los herederos pagan impuestos sobre la renta y nómina del dinero que reciben. La académica trata de asegurar de que solo los herederos más ricos paguen el nuevo impuesto al eximir a las herencias del impuesto hasta que alcancen un cierto umbral de por vida.