Alejados de los acalorados debates de los ministros, que se sucedieron del 10 al 14 de este mes, y de las protestas de activistas sociales, agricultores de 40 países en desarrollo se reunieron también en el sudoriental balneario mexicano de Cancún para compartir sus experiencias en proyectos del llamado comercio justo.
Este modelo de mercado alternativo ya registra ventas por más de 400 millones de dólares al año.
Con este sistema, respaldado por grupos no gubernamentales, pequeños agricultores que cultivan en comunidad y con técnicas amigables con el ambiente tienen la garantía de que se colocarán sus productos en los mercados a precios mayores a los regidos por la oferta y demanda convencionales.
Existen más de cinco millones de productores en el mundo que reciben los beneficios de este modelo comercial, reportó Fraid Labelling Organization, grupo que emite certificaciones de comercio justo y que, junto a otros grupos, se encarga de colocar los productos en los mercados.
En el mundo hay 43 mil tiendas que venden café, té, cacao, miel, azúcar, arroz, plátano, mango, piña, jugo de naranja y flores certificadas. Además de otros 100 derivados de esos productos.
El sistema apela a la conciencia de los consumidores. El comprador sabe que los precios de los productos certificados son mayores a los vigentes en el mercado libre, pero también conoce que ese alimento es de calidad y que fue cultivado de manera sustentable en cooperativas, comunidades o asociaciones de pequeños agricultores.
Pero la mayoría de los consumidores está en los países industrializados, donde los niveles de ingreso son altos.
Sé que tenemos muchas limitaciones, pues en nuestros países pobres los consumidores privilegian el precio y no la calidad", dijo a Tierramérica Ricardo Apaza, campesino boliviano del grupo Ceibo, asociación que agrupa a 800 familias de productores de cacao orgánico y que es parte del proyecto de comercio justo.
Isaías Martínez, campesino mexicano que produce café orgánico, opinó algo similar, pero es optimista sobre el futuro.
"Nuestra producción de café sube igual que las ventas, pero no solo porque vendemos en los países ricos, sino porque empezamos a ser competitivos frente al café tradicional", apuntó.
Los promotores del comercio justo consideran que las reglas de la OMC (Organización Mundial del Comercio) y el libre mercado están definidas por grandes corporaciones e intereses de los países industrializados.
Por esa razón demandan promover cambios que permitan a los productores competir con precios adecuados y a los consumidores adquirir mayores niveles de conciencia social y ambiental.
De modo paralelo a la cita ministerial de la OMC en Cancún, los promotores del comercio justo realizaron un simposio sobre el tema y organizaron una feria, donde unos 20 pequeños agricultores integrantes del proyecto exhibieron sus productos.
El comercio debe verse con objetivos sociales y ecológicos, si no el mundo no tiene futuro", declaró a Tierramérica el salvadoreño Ricardo Navarro, uno de los portavoces del grupo internacional Amigos de la Tierra en América Latina.
"La OMC solo quiere un comercio que beneficie a las corporaciones y no a la gente. Pero hay un límite para la producción y el consumo que promueven las empresas y eso no parecen entenderlo los países ricos", señaló.
Desde el año pasado, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) trabaja con psicólogos y expertos en teorías conductistas para intentar poner de moda los patrones de consumo "verde" en el mundo.
No obstante, reconoce que eso no será suficiente para regiones como América Latina, donde los malos hábitos de consumo se funden con la imposibilidad de millones para cubrir sus necesidades primarias.
Los 240 millones de pobres de América Latina parecen tener ya bastante con preocuparse por la comida del día a día.
"Carece de sentido hablar de un consumo sustentable si las necesidades actuales de consumo básicas y primarias no se han cubierto aún", declaró a Tierramérica Diego Masera, coordinador del Programa de Industria y Tecnología del PNUMA para América Latina.
A nivel planetario, el consumo de la quinta parte de la población mundial que vive en el norte es responsable principal de la mayor parte de la destrucción ambiental del mundo.
