Ichiyama forma parte de una conexión con empresarios panameños que inician este año el proceso para la producción y exportación al Japón de 100 mil gallinas de patio, 7 millones de libras de truchas y la producción permanente de hoja miso (miso leaf), un elemento insustituible de la gastronomía japonesa.
El científico es presidente de la corporación Central Sun de Tokio. No habla una palabra de inglés y mucho menos de español, pero al tocar la tierra de Volcán, ver las plantaciones de yuca en Sioguí y probar el agua limpia y fresca en Tisingal anunció el establecimiento de un centro para la producción de comida sana con miras a la exportación.
Taro Shindo es el asesor financiero de Central Sun. En un pausado, pero acertado idioma inglés, dijo ante 50 productores chiricanos integrados en cooperativas que las riquezas naturales de Panamá no las tiene Japón.
"Tenemos la tecnología y el capital, pero nos hace falta la tierra" dijo.
Los dos japoneses junto al norteamericano Ray Kline, un agrónomo especializado en elaborar cálculos sobre costos agrícolas, visitaron Chiriquí por tres días con miras a agilizar la producción planificada desde el año pasado con la alianza entre Central Sun y la agroexportadora panameño-japonesa-Japanama.
Detalle de los proyectos La producción de gallina de patio tendrá lugar en Sioguí, distrito de Bugaba. La cooperativa de productores de yuca en Sioguí tiene 3 mil hectáreas de tierra destinadas a producir esta raíz, pero como no hay un amplio mercado solo utilizan una escasa parte del terreno. La producción oscila en 500 quintales de yuca que van a Estados Unidos al mes.
Los japoneses no solo vieron el potencial de la yuca para la producción de medicinas debido a su alta fibrosidad, sino que con las hojas se pueden alimentar a las aves.
Shindo aceptó que en Japón no se conoce el sabor de la "gallina de patio", muy diferente al que se obtiene en la industria a través de alimentación hecha para abaratar costos de producción.
Quedó claro que un ave en su estado natural crece más lentamente que en las granjas, pero el valor agregado que se obtiene al ser un producto sano conseguirá mejor precio en Japón, dijo Shindo.
"Las llaves son seguridad alimenticia, sabor y protección para la vida", explicó Ray Kline.
Los productores de yuca aceptaron el reto. Sentado bajo un árbol de mango, Rafael Vigil, el tesorero de la cooperativa, con la seguridad y la decisión con que hablan muchos campesinos, dijo: "Si ustedes nos ofrecen la tecnología y el mercado, nosotros ponemos las tierras y el sudor de nuestro trabajo".
"El problema no es la tierra, sino el mercado de la yuca" declaró José Román Araúz, el gerente de la cooperativa.
Mientras, Enrique Luis Morales, presidente de la agroexportadora Japanama y quien hizo el contacto con el Oriente, explicó que la inversión conjunta será de 11 millones en un año.
