El déficit fiscal uruguayo de 3.2% es una de las principales preocupaciones macroeconómicas en el país, a menos de cuatro meses de las elecciones que definirán al sucesor del presidente José Mujica.
Ese saldo en rojo es uno de los más altos desde la crisis económica de 2002, no obstante, este es defendido por el oficialista Frente Amplio (FA) con el mismo entusiasmo que los opositores lo critican.
Para el ministro de Economía, Mario Bergara, el déficit “está en un nivel sustentable”, en un contexto en el que la economía “crece a un ritmo razonable del orden del 3%” y seguirá creciendo en 2015 y 2016.
“Si bien en Uruguay el déficit fiscal se ha ampliado desde 2009, la comparación con el resto de los países de la región muestra que nuestro país es de las economías que ha mostrado un menor deterioro fiscal”, argumentó.
Al disertar esta semana ante el parlamento, Bergara señaló que con la actual proyección se puede observar un incremento del déficit de 1.7% del producto interno bruto respecto a 2008.
El promedio de América Latina y el Caribe, la cifra alcanza 2.9% del PIB, subrayó. La polémica por el desequilibrio de las cuentas públicas ingresó de lleno en la campaña electoral.
Tabaré Vázquez, el candidato del FA y exmandatario de Uruguay (2005-2010), aseguró que el déficit es “absolutamente manejable”.
Vázquez justificó su afirmación al señalar que la economía presenta “una situación sólida”, con “un Banco República fuerte, un Banco Central fuerte y con reservas internacionales de un valor que no conocía el país”.
El gobierno proyecta que el déficit cierre 2014 en 3.3% del PIB, mayor al 2.4% previsto en un inicio.
