Dentro de los ocho derechos del consumidor existe uno muy importante, sin restarle importancia a los demás. Nos referimos al de un ambiente saludable.
Es el que nos permite estar en un entorno saludable, físico y natural, dentro del equilibrio ecológico, que favorezca la calidad de la vida a generaciones presentes y futuras.
Es por ello que hacemos énfasis en este derecho, porque cada uno de nosotros como buenos consumidores debemos fortalecer la conciencia ambiental, pues cuidando el ambiente perseveramos la vida humana.
El alma de la Tierra es el medio ambiente y, muchas veces, nosotros mismos provocamos severos daños; de una u otra forma, contaminamos ya sea física, química o biológicamente.
Cada año se certifica 7 millones de hectáreas, en todo el planeta, de residuos y todos estos de mayor o menor grado son contaminantes que afectan las condiciones ambientales.
Además, la capa de ozono cada día es más delgada y la biodiversidad en el mundo disminuye debido a ciertos cambios climáticos.
Pero, como habitantes de este maravilloso planeta, ¿estamos haciendo lo suficiente para protegerlo? Como dice una canción: “Cada día es un regalo y no un derecho”. Por esta razón, tenemos que darnos cuenta de que todos los pequeños detalles a favor de la naturaleza cuentan. ¡Cuidemos el medio ambiente!
La clave está en cada uno de los ciudadanos, cambiar de actitud y asumir el compromiso de contribuir a tener un ambiente más sano y mejorar la calidad de vida.
