Golpe de efecto en el caso de Carlos Ghosn: el ex presidente ejecutivo de Renault y Nissan, que se hallaba bajo arresto domiciliario en Tokio a la espera de ser juzgado, confirmó que está en Líbano, donde espera hablar a la prensa en los próximos días.
“Ahora estoy en Líbano. Ya no soy rehén de un sistema judicial japonés parcial donde prevalece la presunción de culpabilidad”, escribió en un documento transmitido por su portavoz.
No he huido de la justicia, me he liberado de la injusticia y de la persecución política. Por fin puedo comunicarme libremente con los medios, lo que haré a partir de la próxima semana, agregó. Carlos Ghosn estaba bajo arresto domiciliario en Japón, donde debía ser juzgado a partir de abril de 2020.
Según el periódico libanés al-Jumhuriya, que reveló la información, el exjefe de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, con triple nacionalidad francesa, libanesa y brasileña, llegó a Beirut en un avión procedente de Turquía.
Desde su arresto, el 19 de noviembre de 2018 en Tokio, sus abogados y su familia han denunciado las condiciones de detención, el trato que le dispensan y la forma en la que la justicia japonesa lleva a cabo el procesamiento.
Quien fuera aclamado como “el salvador de Nissan” después de su llegada al grupo japonés en 1999 ha pasado un total de 130 días en la cárcel desde noviembre de 2018. Ghosn se enfrenta a cuatro cargos en este país: dos por ingresos diferidos no declarados a las autoridades bursátiles por Nissan (que también está siendo procesado por ello) y otros tantos por abuso de confianza agravado.
