Cuando los mensajeros del terror derribaron las torres gemelas de Nueva York aquel aciago 11 de septiembre del 2001, también hicieron tambalear los cimientos de la industria mundial de la aviación.
Una industria que antes de la debacle tenía pedidos mensuales millonarios, hoy apenas empieza a recuperarse del duro golpe infligido por quienes, con su acto, ofendieron a la raza humana.
Fábricas como la Boeing Commercial Airplanes, ubicada en Seattle, Washington, apenas empiezan a mostrar una mejoría de un 40% en su producción, según dijo John Wojick, vicepresidente de ventas para América Latina y el Caribe.
Wojick agregó que la empresa ha entregado 13 mil 596 aviones a más de 390 operadores, entre los que se incluyen líneas aéreas, compañías de leasing, gobiernos y empresas privadas.
Y es que en la fábrica ubicada en Seattle el trabajo es incesante. Allí, cientos de trabajadores laboran acuciosamente, mientras en el aire se dejan escuchar las notas de un rock pesado que rompen el esquema de aquel recinto de laboriosidad.
En ese lugar, en tres días se hace el ensamblaje final de los aviones, luego de que de una fábrica cercana llega el chasis de los fuselajes.
Precisamente, fue en esa fábrica en donde se construyó el nuevo Boeing 737-700 de la compañía Copa Airlines, conocido como el centenario.
Pedro Heilbron, presidente ejecutivo de Copa Airlines, informó que este avión es parte de un paquete de 12 aeronaves que se pactó adquirir en 1999 con la fábrica Boeing, a un costo total de 516 millones de dólares. El último avión será entregado el próximo mes de diciembre.
Heilbron dijo que dentro de su agresivo plan de expansión, Copa Airlines invierte anualmente entre seis a ocho millones de dólares en equipos, facilidades y tecnología.
Asimismo, agregó que durante este año la aerolínea ha invertido 650 millones de dólares en una orden fija de seis aviones, cuya entrega se iniciará a partir del mes de octubre del 2003.
Copa Airlines, indicó Heilbron, también ha invertido tres millones de dólares en la construcción de tres puentes de abordaje en el aeropuerto internacional de Tocumen, así como en el salón conocido como President's Club.
La estadounidense Continental Airlines, con sede en Houston, es propietaria del 49% de las acciones de Copa.

