Tras una crisis de deuda de diez años que convirtió a Grecia en un paria del mercado de bonos, el país ahora disfruta del lujo de no tener necesidades financieras para 2020. Sin embargo, el presupuesto del Gobierno para 2020 muestra que tiene previsto emitir nueva deuda.
A pesar de una reserva de efectivo de unos 32,000 millones de euros ($35,600 millones) del programa de rescate del país, Grecia quiere mantener el buen ritmo de 2019 después de que los rendimientos tocaran mínimos récord en octubre. El objetivo es reducir la deuda total de 329,300 millones de euros ($365,058 millones) en 2019, no solo como porcentaje en relación al producto interno bruto, sino también como cifra absoluta.
Las necesidades de préstamos griegos para 2020 serán de 1,900 millones de euros ($2,106 millones), según el presupuesto del próximo año. Pero se espera que esta cantidad se cubra utilizando parte del superávit primario, ingresos de privatización y fondos de los bonos griegos que los bancos centrales compraron durante la crisis en virtud del programa del mercado de valores y el acuerdo sobre activos financieros netos.
Los rendimientos del bono de referencia a 10 años ahora se negocian a un 68% menos que a principios de año, alrededor del mismo nivel que el equivalente italiano.