En estos tiempos de saturación se hacen más vigentes las máximas escritas por Rooser Reeves hace ya casi 60 años, basadas en innumerables estudios que comprobaron su veracidad.
La primera es que: de toda la información que le damos a un prospecto en un anuncio, este recordará una o quizás dos cualidades del mismo y la segunda es que, aquellos anuncios que destacan una ventaja sobresaliente de un producto o servicio, son mucho más efectivos y recordados que aquellos que no lo hacen.
A juicio del presidente de la Asociación Panameña de Agencias de Publicidad (Apap), Bolívar Márquez, el problema que hoy enfrenta la publicidad es la saturación de la comunicación en la vida normal del ser humano.
"En los últimos 30 años se ha avanzado mucho en el conocimiento y hay un bombardeo permanente de la comunicación, sobre todo utilizando los últimos mecanismos que ofrece la tecnología: el internet y el celular", comenta.
Son tiempos de mayores retos, exigencias, creatividad e innovación y los medios que tengan la mayor audiencia serán los dominantes, por lo que Márquez, aunque reconoce el auge de la internet, prefiere mantener su criterio de que los medios tradicionales no perderán su vigencia.
El gran reto de la publicidad, advierte, es ir a la par de la vida moderna, es buscar las formas para lograr que el mensaje cale en la mente del consumidor, ante tanta saturación porque las formas como actualmente se habla o se comunican las cosas ya no son tan efectivas como antes.
"Se requiere de una industria más sofisticado", dice, y de lo que se trata es de "sorprender y sacar al receptor o consumidor de la rutina, buscar la forma de poder atraerlo, buscar la forma de hacer que no me olvides". Es por ello que cada vez más los publicistas ven en la psicología, la siquiatría y la sociología sus mejores aliados. "Estas profesiones están entrando con más fuerza en el mundo de la comunicación".