El 30 de junio Paul Wolfowitz dejará el cargo de presidente del Banco Mundial (BM), luego de presentar ayer su renuncia ante el consejo ejecutivo de este organismo, tras un escándalo por el generoso aumento de sueldo concedido a su compañera sentimental.
La junta, integrada por 24 directores, hizo el anuncio luego de tres días de extensas reuniones para negociar la salida de Wolfowitz tras un informe interno que concluyó que el funcionario violó las normas del BM al gestionar un ascenso y un aumento del salario de su novia dentro de la entidad cuando él asumió en 2005.
La controversia ha perjudicado la lucha contra la corrupción que el Banco Mundial inició en 1995, dijo James Wesberry, ex funcionario de este organismo que participa de la Conferencia Anual de Ejecutivos (Cade 2007).
Wesberry, experto internacional en temas anticorrupción, dijo que ha sentido mucho enojo durante las cinco semanas que esta polémica se mantuvo en la palestra pública.
Recordó el entusiasmo con el que se desarrolló la primera estrategia anticorrupción del banco, que él coordinó para América Latina y el Caribe, durante el mandato de James Wolfensohn (1995-2005).
La iniciativa, dijo, no contaba con apoyo de los niveles medios y altos y eso los desanimó. Wesberry dejó la institución para trabajar en otros proyectos anticorrupción donde sentía que podía lograr mejores resultados.
Reconoce que antes del escándalo, Wolfowitz "trató de elevar el esfuerzo anticorrupción, pero luego lo destruyó".
Lo que ha ocurrido en Washington durante estas semanas "ha sido el último clavo en el ataúd de los esfuerzos anticorrupción del Banco Mundial, que ya no tiene credibilidad y no podrá recuperar su imagen", dijo. "Históricamente será el hombre que arruinó el Banco Mundial", aseguró Wesberry.

