Panamá ocupó la posición 58 en el Índice de Calidad Institucional 2021, un escalón por debajo del año anterior. En la clasificación de países del continente americano, incluyendo varias islas del Caribe, Panamá estaría en la undécima posición.
Este es un indicador de la Red Liberal de América Latina (Relial) elaborado por Martín Krause, profesor de Economía de la Universidad de Buenos Aires.
El profesor presentó el estudio recientemente en el webinar “Gestión pública, una transición hacia un Estado facilitador”, organizado por la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa.
En una conversación posterior con este diario, Krause explicó que desde un punto de vista teórico, las necesidades de las personas se satisfacen por dos vías: unas a través del mercado, que implica el trabajo de una persona para obtener ingresos y así adquirir productos o servicios; mientras que hay otro grupo de necesidades, como por ejemplo la justicia o la seguridad, que son provistas habitualmente por parte de instituciones políticas.
Partiendo de esta base, el índice toma ocho indicadores, divididos en dos grupos: cuatro que miden la calidad de las instituciones políticas de los países y cuatro que cubren las instituciones de mercado.
En la parte política, se utilizan los resultados del índice Rule of Law (Respeto al Derecho) del Banco Mundial, sobre el respeto a la ley y la independencia de la justicia; el índice Voz y Rendición de Cuentas, también del Banco Mundial, sobre el funcionamiento de la democracia y la celebración de elecciones libres, entre otros aspectos; el indicador de libertad de prensa, según Reporteros sin Fronteras; y la percepción de corrupción, según Transparencia Internacional.
En la parte económica se toman los últimos resultados del índice Competitividad Global, del Foro Económico Mundial; los índices de Libertad Económica de Heritage Foundation y Libertad Económica de Fraser Institute; y el reporte Haciendo Negocios del Banco Mundial.
Martín Krause, profesor de Economía. Universidad de Buenos Aires
“Hay un claro vínculo entre calidad institucional, nivel de vida, progreso y riqueza del país”.
A partir de los resultados en esos grupos de indicadores se elaboran dos subíndices. Una mayor calidad institucional se traduce en una posición más alta en la clasificación.
En el subíndice sobre instituciones de mercado, Panamá ocupa la posición 53 en de un total de 189 países que figuran en la clasificación. El país en este sentido está favorecido por tener una moneda fuerte como el dólar, un centro financiero y apertura económica. Si se circunscribe al continente americano, el país ocuparía en este subíndice la quinta posición, por detrás de Estados Unidos, Canadá, Chile y Perú.
Sin embargo, cuando se analiza la calidad de las instituciones políticas, Panamá cae a la posición 78 global y la 19 en el continente americano. Esto se explica por los débiles resultados obtenidos en los indicadores que miden el funcionamiento del Estado de derecho, donde la justicia tiene un peso importante y, sobre todo, la percepción de corrupción.
De los ocho indicadores que se calibran, la puntuación más baja de Panamá es en el tema de corrupción.
Krause explicó que se entiende que aquellos países con más corrupción tienen una mayor debilidad institucional porque no hay control al poder.
Distintos desafíos para los países de la región
Según los resultados obtenidos en el índice, se pueden hacer varios grupos de países dentro del continente americano.
Hay algunos que obtienen buenos resultados en ambos indicadores, como Canadá, otros que están mal en las dos mediciones, como Venezuela, y otros que están mejor en uno que en otro.
Panamá estaría un grupo junto a Perú, Colombia y El Salvador que tienen, en general, “buena o media calidad institucional” y que “deberían mejorar la calidad de sus instituciones políticas”.
Krause señaló que, en términos generales, en todos los países la pandemia del nuevo coronavirus se ha traducido en una pérdida de calidad institucional, ya que los gobiernos tomaron medidas extraordinarias, sin cumplir los procedimientos institucionales básicos. Se restringieron libertades de movilidad, de trabajar y aunque esto ocurrió de manera general, en algunos países las medidas fueron más restrictivas que en otros, apuntó el especialista.
Krause hizo el ejercicio de comparar los cálculos de desempeño económico de 2020 y 2021 del Fondo Monetario Internacional y los resultados del índice de calidad institucional y llegó a la conclusión de que los países que están en la primera mitad del índice, es decir, aquellos con mayor calidad institucional, están teniendo un menor impacto económico y se recuperan más rápido de la pandemia.
Las 10 primeras posiciones del índice las ocupan Dinamarca, Nueva Zelanda, Suiza, Finlandia, Canadá, Australia, Suecia, Países Bajos, Noruega y Reino Unido.
Krause señala que algunos dirán que los países que saldrán más rápido de la pandemia son los países ricos, pero defendió que esa condición la adquieren por tener instituciones fuertes.
Puso el ejemplo de Corea del Norte y Corea del Sur, que comparten historia y tradición, y mientras que Corea del Sur construyó una buena calidad institucional y se convirtió en un país rico, Corea del Norte es uno de los países más pobres del planeta.
“Hay un claro vínculo entre calidad institucional, nivel de vida, progreso y riqueza del país”, sostuvo.
A su juicio, los cambios institucionales no se producen de la noche a la mañana, pero hay casos de éxito, como el de Estonia, que hace 30 años era parte de la Unión Soviética y actualmente está entre los de mejor calidad institucional. “Se puede hacer, pero lleva tiempo y constancia en el camino”, dijo el especialista, que puso en contraste los vaivenes que dan en este sentido algunos de los países de la región.


