Osvaldo Lau C.
OPINIÓN
El e-Tax 2.0 es la nueva plataforma o programa de información tributaria que entrará a regir a partir de mañana 25 de julio de 2016 y que, según la Dirección General de Ingresos (DGI), facilitará al contribuyente los trámites y consultas en línea.
La nueva tecnología, entre otros desafíos, deberá brindar al usuario mayores facilidades para conocer su situación como contribuyente y que pueda cumplir voluntariamente con sus obligaciones tributarias. Para ello, el nuevo sistema habilitó una plataforma denominada DGI EN LÍNEA a través del sitio web dgi.mef.gob.pa que se podrá utilizar en un mayor número de exploradores (Google Chrome, Internet Explorer, Mozilla, Firefox y otros). El programa promete ser más amigable y será de uso obligatorio para todos los contribuyentes, llámese persona natural, persona jurídica o simplemente bienes inmuebles (que se mantienen como contribuyentes separados de sus propietarios para todos los efectos fiscales).
Como siempre los cambios generan incertidumbre, al sector privado le preocupa que con la migración de la información tributaria al nuevo sistema se pierdan, se omitan o se distorsionen valores o datos importantes. Justa razón por la cual se recomendó oportunamente imprimir y guardar como respaldo una copia de las generales y estados de cuenta de todos los impuestos personales, de las sociedades y de los bienes inmuebles antes de la migración, para luego compararlos con la información inicial del nuevo e-Tax 2.0.
Veamos primero sus bondades. Según ha informado la DGI, el e-Tax 2.0 ofrece toda una gama de servicios al contribuyente, tales como presentar o solicitar prórrogas de las declaraciones juradas, presentar los formularios de carácter obligatorio, solicitar y obtener paz y salvo, hacer consultas, solicitar certificados de no contribuyentes, hacer reclamos de impuestos y mucho más, todo ello en línea. Además, el usuario podrá dar seguimiento de sus trámites impositivos, consultar su cuenta corriente y hasta recibir avisos y notificaciones a la dirección electrónica que haya reportado a la DGI.
Sin lugar a dudas, tiende a ahorrar tiempo y dar facilidades a las dos partes de la trama fiscal. La parte activa (el fisco) tendrá las herramientas necesarias para realizar su labor de fiscalización en forma oportuna y con mayor eficacia y eficiencia, y la parte pasiva (los contribuyentes) podrá cumplir sus obligaciones con mayor facilidad.
A pesar de ello, quedan ciertos asuntos por resolver. Como quiera que a partir del día cero (25 de julio) solamente se podrán presentar declaraciones bajo el nuevo programa, quedan sometidas al mismo las declaraciones omisas y las posibles rectificativas de años anteriores que en su momento estaban sujetas a disposiciones ya derogadas. Todas esas declaraciones deberán adaptarse a las disposiciones legales, condiciones y especificaciones del nuevo programa.
Además, las declaraciones juradas solamente podrán presentarse en línea mediante un computador. Dicho en otra forma, todo aquel que esté obligado a presentar una declaración deberá acudir a quien tenga esta facilidad o comprar, aprender y estar en un lugar donde tenga señal. Simplemente salir del campo o bajar de las montañas.
Todo lo anterior y mucho más será objeto de docencia obligatoria mediante charlas y seminarios que ofrecen las firmas de impuestos y a la que no deben faltar los interesados.
CLÁUSULA FISCAL: El nuevo e-Tax 2.0 merece un aplauso, pero un programa por más inteligente que sea nunca reemplazará lo que el ser humano debe hacer.
Y si quienes tienen la autoridad del caso no implementan un cambio de actitud para resolver los casos pendientes en la DGI (reclamos, prescripciones, actualizaciones, rectificativas y similares) seguiremos en la misma. Hasta hace poco creía que una ley sobre el silencio administrativo positivo era la solución, pero hoy estoy convencido de que puede llegar a ser letra muerta mientras no se consolide la actitud con la justicia fiscal, porque la justicia tardía no es justicia.
