Máximo Gallardo, un empresario que empezó fabricando vainilla y desinfectante en un local de 70 metros hace más de 40 años, hoy día es el propietario de uno de los grupos industriales más consolidados en el mercado local, el PROLUXSA, el que entre inversión y costo de las instalaciones sobrepasa los 4 millones de dólares.
Don Máximo, oriundo de la provincia de Chiriquí llegó a la capital a inicios de la década de los años 60. Ya en la ciudad, consiguió trabajo en el entonces Ministerio de Agricultura, Comercio e Industrias, en donde laboró un par de años, suficientes para poder lograr un préstamo de 500 dólares con el Banco Nacional de Panamá (BNP) para iniciar su negocio.
El experimentado empresario, quien mantiene la sencillez de los hombres oriundos del campo, precisó que para lograr el éxito en toda empresa, que no llega de buenas a primeras, primeramente se tiene que tener algún tipo de instrucción en lo que se desea hacer y mucha dedicación.
La fábrica del Grupo PROLUXSA, que actualmente emplea a más de 100 panameños, abrió sus puertas con un solo trabajador. En ese entonces sólo se fabricaban vainilla, un desinfectante y betunes.
La empresa destacó Gallardo fue creciendo a través de los años con mucho esfuerzo y fe en el país, ese último elemento, recalcó, que lamentablemente hoy nos falta mucho.
Aquí somos temerosos de hacer inversiones y se habla mucho de traer inversionistas extranjeros. Eso sería solo una parte, porque la parte más importante de todo esto es las inversiones que podemos hacer los panameños en nuestro país, afirmó Gallardo.
Para Gallardo, si en el país se utilizara una parte de los depósitos que existen en los bancos y se invirtieran en proyectos de desarrollo se lograría la anhelada reactivación económica; sin embargo, dijo que hace falta fe en Panamá.
