Gran parte de la jornada del diálogo por la Caja de Seguro Social (CSS) quedó empantanada durante el día de ayer en un tema que había sido resuelto en el último encuentro de la semana pasada.
El miércoles 17 de marzo, después de seis horas de debate, se decidió que el quórum mínimo para iniciar una sesión de la plenaria sería de 18 personas, considerando que eran 27 los representantes convocados.
Ello significaba que con un quórum del 66% las reuniones podrían arrancar y seguir su curso para en un futuro aprobar las propuestas de reformas a la CSS y el programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM).
Sin embargo, este capítulo que se había dado por resuelto, volvió a ser el eje central del debate.
La duda surgió luego de que algunos de los participantes advirtieran que ya no son 27 sino 22 los representantes sentados en la plenaria, considerando que el Consejo Nacional de Trabajadores Organizados (Conato) y los gremios magisteriales se habían levantado de la mesa, mientras que la Confederación Nacional de Unidad Sindical Independiente (Conusi) no había nombrado a su representante.
Entonces, alegaron que teniendo como base que el 100% serían 22 personas, se debía de cambiar el quórum reglamentario para iniciar la plenaria.
Pero, después de más de cuatro horas de discusión, el facilitador del diálogo, Joaquín Villar, advirtió dos cosas fundamentales; que las agrupaciones no se habían retirado formalmente del diálogo y que no se debía someter a votación un nuevo quórum que invalidara la decisión tomada por votación desde el pasado miércoles.
El debate estuvo cargado de punzantes comentarios entre los 18 representantes allí presentes. Se llegó a mencionar teorías de la manipulación para dar con los resultados del diálogo. También se habló de boicot, se criticó la impuntualidad de los miembros de la mesa y se alertó sobre las divagaciones en argumentos que daban vuelta sobre el mismo punto y que no permitían avanzar al ritmo esperado.
No se respetó el orden en la sala y las intervenciones de cada participante eran extensas a pesar de que hay un tiempo determinado. Todo esto enmarcado en las diferencia de criterios en cuanto al quórum sobre la base de las personas que estarán o no en el debate.
En un momento, el diputado independiente Edison Broce, quien lideró la mesa plenaria hasta el día de ayer, se quejó porque después de estar casi todo el día discutiendo un punto importante de la metodología, fue que Villar brindó información relevante. Le dijo que hacía comentarios que “revolvían” y “dilataban” el proceso.
De alguna manera, esta es la tónica que ha tenido la plenaria y el diálogo en todo su conjunto, que durante 60 días ha estado debatiendo reglas de procedimiento y no se ha hecho referencia a ningún tema de fondo.
“Vemos con preocupación el descrédito que se le ha querido dar al diálogo. No estar aquí es tratar de boicotear lo que se está haciendo. No estar sentado solo incita a que el sistema siga igual o nos impongan medidas. No sentarse a hablar de este tema es un golpe a los jubilados, a los que esperan retirarse dignamente y a los jóvenes. Retirarse es la opción fácil”, dijo Juan Carlos Julio, representante del Movimiento Jóvenes por Panamá.
El doctor Julio Osorio, del Colegio Médico, dijo no estar de acuerdo con Julio y llamó a preguntarse por qué las agrupaciones de trabajadores se levantaron de la mesa.
Pasada las 3:00 p.m. se decidió que el quórum mínimo para iniciar una plenaria se mantendría en 18 personas.
El avance real fue cuando la plenaria decidió el quórum mínimo que se requerirá para someter a aprobación una propuesta. Para tomar decisiones, se necesitará de la participación del 81% de los representantes de las organizaciones sentadas en el diálogo.
Se decidió establecer un porcentaje relativo y no una cantidad específica de personas, al no tener certeza de la cantidad de organizaciones que continúan en el diálogo.
Con la totalidad de los votos a favor (18 representantes), la mesa terminó con aplausos y un tono conciliador tanto de Broce como de Villar. Es un minúsculo pero importante acuerdo. Aún falta definir qué se entiende por consenso, algo en lo que varios representantes mantienen posiciones radicalmente opuestas. Además de ratificar los acuerdos en metodología logrados en una subcomisión y debatir los puntos en los que aún no hay humo blanco.
La cita quedó para este miércoles 24 de marzo.


