La economía panameña crece, pero el empleo no. La expansión del producto interno bruto (PIB) está siendo impulsada por su sector externo, concretamente las exportaciones de cobre de Minera Panamá y los mayores ingresos del Canal. Pero la demanda interna sigue deprimida, con sectores claves como la construcción, comercio al por menor y hoteles/restaurantes particularmente rezagados.
El país experimenta crecimiento económico y crisis laboral a la vez. Más aún, hay indicios de que la crisis laboral se está agravando.
No se trata de una crisis de “empleo”, sino de “confianza”, ante el aumento de la incertidumbre para las inversiones en el país.
Dos indicadores dimensionan el fenómeno. Los 416 mil beneficiarios del Vale Digital (marzo 2022) porque no encuentran trabajo, dan fe de la crisis laboral. Y el hecho de que en el 2021 el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel) tramitó 40% menos contratos laborales que en el 2019, y los 36,753 contratos procesados por la entidad en enero-febrero 2022 son 47% inferiores a los 69,404 procesados en el mismo período del 2019, síntoma de que la situación está empeorando.
El país lucha por recuperarse de la peor catástrofe laboral de su historia en el 2020, cuando el sector privado perdió a 364 mil trabajadores asalariados (42% del total) y a otros 284 mil (32%) se les suspendieron sus contratos. En el primer año de pandemia, 3 de cada 4 empleos formales del sector privado desaparecieron o fueron suspendidos.
En el 2021, se recuperaron unos 156 mil de esos empleos perdidos, pero la economía no está generando nuevos empleos. La expansión laboral en pandemia y postpandemia ha estado en el sector público.
Entre el 2019 y 2021 se perdieron unos 238 mil empleos formales del sector privado, incluyendo a los 30 mil trabajadores cuyos contratos fueron reactivados y luego desvinculados, al tiempo que se agregaron 71 mil funcionarios a la planilla estatal.
Unos 416 mil beneficiarios del Vale Digital, más 365 mil empleados públicos y 191 mil panameños que reciben transferencias monetarias condicionadas, suman 972 mil. Es decir, casi un millón de personas reciben fondos del Gobierno mensualmente, mayormente provenientes de deuda. Esto es insostenible.
Generar empleos formales requiere confianza, inversión y consumo. No habrá inversión sin confianza, ni rentabilización de ésta sin consumo. La generación y sostenibilidad de los empleos dependerá de la capacidad para crear demanda interna. Esto requiere varias líneas de acción.
En primer lugar, ya el país no se encuentra en un estado de emergencia sanitaria, sino socioeconómica. Debe considerarse la eliminación de las medidas impuestas para controlar el Covid-19, como están haciendo otros países como República Dominicana, en particular el uso de mascarillas, tarjeta de vacunación, QR, etc.
Que haya rebrotes es una posibilidad, pero hay medio millón de panameños sin empleo. Eso es un hecho.
Urge inyectar liquidez al sector productivo, pagando deudas a proveedores, incluyendo $300 millones a contratistas de la construcción y $155 millones a proveedores industriales/agroindustriales, así como simplificando los trámites bancarios para el financiamiento comercial.
Finalmente, ante la descapitalización del sector privado nacional, se necesita atraer Inversión Extranjera Directa (IED). Panamá ha sido históricamente un destino favorito para la IED en la región, pero ésta cayó 86% en el 2020 y 12.6% en el 2021. Hoy Costa Rica es el país que, proporcional a su economía, atrae la mayor cantidad de IED en el mundo.
Crear confianza no es un acto, es un proceso. No se decreta, se construye. Sin confianza no habrá inversión, ni creación de empleos decentes.
El autor es consultor empresarial

