La investigación que recién comienza a develarse en el denominado proyecto periodístico Pandora Papers no es muestra de una conspiración contra el país, sino que pone de manifiesto las consecuencias de hacernos la vista gorda durante tantos años, de que nuestras instituciones no requerían cambios. No será fácil salir del hueco que nos hemos cavado nosotros mismos al mantener persistentes debilidades de nuestro sistema jurídico, como la falta de controles y la impunidad reinante, incluso producto de la falta de voluntad para hacer cumplir leyes ya vigentes. Los argumentos sobre el afán de destruir reputaciones de panameños o la del país son una manifestación pueblerina, sobre todo considerando las críticas directas que estas publicaciones hacen sobre regulaciones en Estados Unidos. El problema de fondo es que aunque existan paraísos fiscales en el mundo desarrollado, allá hay castigos comprobados contra los que rompen las leyes. Mientras tanto, en Panamá, las leyes parecen adorno. Unamos ello con el cambio en actitudes y principios que un exclusivo club ahora considera han de ser adoptadas para participar en el concierto global. Entonces, es hora de abandonar el papel de víctima. Las lamentaciones no sacarán a Panamá de listas negras ni grises. Se requieren acciones y voluntad.
Hoy por hoy
05 oct 2021 - 05:02 AM