13 DE JUNIO.En su calidad de defensora del lector, tengo especial interés de expresarle mi absoluta inconformidad con la caricatura Opinión de RAC de La Prensa de la edición de del jueves 12 de junio del año en curso, donde recrea la perversa asociación del puente Centenario con un infierno.La razón es, que desde la perspectiva general estamos advirtiendo que se quiere satanizar no solo el puente Centenario, sino también la autopista que lleva a éste. La caricatura parece tendenciosa por cuanto hace creer que los cruentos y fatales accidentes de tráfico que se dan en ese trayecto responden a defectos de construcción del puente y las vías de acceso a él.Si damos por sentado que dichas insinuaciones (de la caricatura) son ciertas, todo automotor que pase por esas inmediaciones debiera tener el mismo resultado trágico, y eso no es verdad porque quienes transitan esa vía y ese puente observando las normas mínimas de seguridad en el manejo, lo atraviesan sin inconvenientes ni resultados funestos.No es posible asociar como hechos “ejemplificantes” que los accidentes ocurren en los mismos sitios, puentes y curvas. Estos accidente se han dando, con el perdón de los familiares de las víctimas, por velocidad y negligencia, de otra forma no hay razón lógica de que ocurran.Pese a todo, más bien debiéramos crear campañas para exhortar a los conductores a que apliquen la vieja teoría forense “de prever lo imprevisible” para no ocurran esos accidentes fatales, que traen luto a los hogares; persuadirlos de que conduzcan con buen juicio y en acatamiento de las normas del buen manejo. La Prensa de ese mismo día, en su página 8A da cuenta en un excelente reportaje “Advierten de riesgos en vía al Centenario” en el que señala que los accesos al puente están bien construidos y que cumplen con las normas técnicas de ingeniería civil, y más, resalta una lista de consejos de seguridad, sin embargo al final, bajo el subtítulo de “Coincidencias”, pisa la cáscara y siembra la cizaña intentando asociar hechos que no vienen al caso, porque el denominador común válido de los accidentes no son los sitios del siniestro, sino la velocidad que llevan los vehículos.Valga la ocasión para promocionar la buena actitud y aptitud al manejar, conduzcamos a la velocidad autorizada 100 kilómetros los autos particulares, cedamos el paso a transeúntes y a los demás conductores, seamos corteses, etcétera, etcétera.
Guillermo Tatis Grimaldo, hijo.
