En medio de ‘la tormenta’ que este año fracturó a las cadenas de suministro globales con caída de los inventarios, congestionamiento y el cierre de algunos puertos por brotes de la Covid-19, la industria logística panameña no se detuvo.
“Quedó en evidencia el poder de ser un hub conectado con la región para dar una rápida respuesta a los clientes y atender los mercados a tiempo”, resalta el presidente del Consejo Empresarial Logístico, Alberto López Tom.
Ahora con Ómicron, las perspectivas parecen inciertas, pero el empresario señala que en general hay una mayor dinámica de consumo y actividad económica global que beneficia a la actividad logística y portuaria en el país para 2022, al tiempo que siguen vigentes nuevas oportunidades de negocios.

El eje central de este éxito es el Canal, con el soporte de los puertos, los operadores logísticos y el transporte de carga marítimo, aéreo, terrestre y ferroviario.
López sostiene que es momento para reforzar la promoción del país y atraer empresas de manufactura ligera, que agreguen valor a la mercancía, e industrias que participen en la cadena de suministro, en el marco de la Ley de Empresas Manufactureras Multinacionales (EMMA) y la Ley de Depósitos Aduaneros Logísticos.
Menciona, igualmente, enfocar la atención en mercados como Centroamérica, que tiene casi 50 millones de consumidores. Con las facilidades del transporte terrestre se puede distribuir lo que llegue en transbordo a Panamá hacia esos países.
Digitalización
Para Jorge Barnett, director general de Georgia Tech Panamá, es fundamental diversificar la economía, fortalecer las cadenas agroexportadoras y de otros sectores, que puedan beneficiarse de la plataforma logística para agregar valor y conectar con la cadena de suministro que ya atiende el país.
“Esto se hace con digitalización, procesos más expeditos y logrando que el costo por transacción, tanto para un agente local como internacional, sea más bajo”.
Barnett también coincide con el presidente de COEL, en que el país puede atraer a empresas que con manufactura liviana agreguen valor a la cadena de suministro en procesos como el empacado y la adaptación o personalización (customize) de los productos para luego reexportar y distribuir.
Además refiere que al acentuarse el comercio electrónico, se crea una demanda sobre el sector logístico local incluyendo el transporte de última milla, que también genera nuevos negocios.
Luis Carlos Motta, CEO de la empresa J. Cain & Co, refiere que el país debe aprovechar el boom del comercio en línea, mejorando la oferta, dando mayor agilidad a esa cadena de suministro, y abaratando los costos de envíos.
Motta también ve en el ‘nearshoring’ una fuente de crecimiento para que las multinacionales sigan trayendo su inventario al país y desde aquí le agreguen valor para distribuir a la región. “Panamá ofrece la posibilidad de consolidar producción global en un punto estratégico cerca de los mercados donde hay demanda”, apunta Motta.
Tanto Barnett como Motta y el presidente de Coel mencionan que otra tendencia en 2022, será la generación, captura, procesamiento y análisis de datos dentro de los procesos logísticos para ser más eficientes. Seguirá la digitalización y automatización de los servicios. Además, persiste el reto de mejorar la educación y conectarla con las necesidades de capital humano que tiene la industria en la era digital.

