Ese es el que la devoción popular sitúa también pendiente de las cuitas de los enamorados. No solo san Valentín, aunque este sea su día. ¿De dónde surge la figura de san Antonio? ¿De donde su vinculación con el tema del amor?
Hoy queremos hablar de Antonio, pero no tanto de su vida y de su significación teológica (eso podríamos hacerlo más adelante, en su fiesta, un 13 de junio). Lo hemos de abordar ahora desde el punto de vista de las tradiciones populares que lo vinculan a los enamorados.
El origen de esta tradición popular está en la península ibérica (san Antonio era realmente portugués, aunque predicara y muriera en Italia, y su devoción en la vecina España es muy grande, como en todas partes. Es el santo más popular del santoral).
Es cierta la historia que cuenta que este insigne predicador, el primer maestro de teología de la orden franciscana, perdió en algún momento su breviario (el libro de oraciones diarias del sacerdote), lleno de anotaciones personales de gran valor. Puesto en oración, obtiene de Dios la devolución -milagrosa según las narraciones- del breviario, que un novicio le había hurtado. Fue por este hecho que la Iglesia misma le reconoció el patronazgo sobre los objetos perdidos. Y por asociación, como quien pierde un amor pierde un objeto de especial valor y deseo, tal vez la gente le asoció instintivamente a la devolución de un amor perdido, o al encuentro del amor esperado y aún no hallado.
Por otra parte, gran fama de taumaturgo tiene el santo, al punto de que las personas se encomiendan a él no solo por las cosas materiales perdidas, sino para todo propósito: salud (curó muchos enfermos durante su vida), remedio de la pobreza (fue un gran predicador a favor de los pobres, que aún hoy se benefician en muchas partes del "pan de san Antonio" -la limosna recogida en su nombre, para socorrerlos), estudios (fue un hombre sabio, culto, conocedor y maestro de las Escrituras; el Pontificado le otorgó, en el siglo XX, el título de doctor de la Iglesia) y también los sentimientos amorosos . ¿Es muy milagroso, no? Sin embargo, en este último aspecto, el del amor, hay dos actitudes, una positiva y otra negativa, que destacar en torno a la devoción antoniana.
Por una parte, está la mala costumbre de poner de cabeza la imagen del santo para que consiga pareja. Eso no es cristianismo. Está más relacionado con el animismo africano y la creencia de que mediante determinados objetos se puede manipular a la deidad o a un espíritu superior para obligarles a conceder las cosas que se desean. Así, se piensa erróneamente, se "castiga" al santo. Pero ni a Dios ni a sus siervos se les puede castigar ni obligar. Aparte de que eso está reñido con el espíritu de amor y de fe que debe animar nuestras oraciones.
Lo positivo, o al menos curioso, anecdótico y folclórico, son las diversas formas, respetuosas, como el arte popular ha enlazado lo amatorio con la figura de san Antonio de Padua.
Las coplas populares acompañan las peticiones al santo lisboeta y paduano: San Antonio bendito, ramo de flores, a las descoloridas, dales colores ( que las jóvenes sean bellas, por intercesión de Antonio, para que se puedan casar).
Y he aquí un cantar: San Antonio bendito, dame un marido, que no coma ni fume ni beba vino.
En internet he visto esta explicación de Carmen Ugarte: En muchos pueblos, la romería de San Antonio era una romería claramente de juventud, en la que las cuadrillas de jóvenes se juntaban a pasar el día; en ese día se les permitía juntarse así en cuadrilla, chicos y chicas, y pasaban todo el día en el campo. No solían ser romerías familiares, sino romerías de jóvenes.
Por otro lado, en muchos pueblos se conserva la costumbre de repartir el pan de San Antonio, que no solo tiene el recuerdo del pan de los pobres, sino que también cumplía otra serie de funciones .
En mi pueblo a cada cofrade (y solo admiten chicos en la cofradía) se le obsequia con un panecillo de anises y unas papeletas que daban derecho a unos tragos de vino (bueno esto de las papeletas era antes, ahora se pasa el porrón sin límite). Estos panecillos solían comerse en compañía del otro sexo, es decir en amor y compañía.. .
Y José García Verdugo contesta: En cuanto a la búsqueda de novio, en la romería de Madrid es tradición que las mozas apoyen la mano sobre un montón de alfileres: el número de los que se le queden adheridos será el mismo que el de novios que le van a salir a la chica en cuestión ese año. Mmm... creo, que san Antonio diría que no es cuestión de tener muchos novios, sino una pareja buena y decente.
En internet se encuentran muchas oraciones, a manera de exvotos, agradeciéndole a san Antonio muchas cosas, pero también, por supuesto, por un novio, novia, esposo o esposa. La verdad es que no sería mala idea ni poco religiosa que los jóvenes y las chicas de este país, y también los no tan chicos, en fin, todos los solteros que deseen matrimoniarse tomaran la costumbre de ir a poner velas en la fecha del santo ante una imagen precisa, y que hubiera una procesión para ellos. Sería un sitio más seguro y piadoso para conocerse que internet.
Casi en todas las parroquias hay una imagen del santo, merced a su popularidad. En Panamá, además del de la iglesia de la barriada que lleva su nombre, está el Templo del barrio de Miraflores, cuya imagen a preciamos aquí. El padre José Francisco Bermúdez (comuníquese con él) nos dice que el día 26 de marzo se realizará una cena para conseguir fondos para la restauración de los vitrales del Templo, que están deteriorados y perdiéndose. Este edificio, que merece su ayuda, ganó premio de arquitectura de la SPIA del año 66 y fue diseñado por los arquitectos Richard Holzer y Gustavo Schay.
