Los príncipes de Asturias recibieron al presidente de Serbia y Montenegro, Svetozar Marovic, y a su esposa, Djeorgina, a las puertas de este primer centro Cervantes en un país de la antigua Yugoslavia.
Los cuatro inauguraron esta sede de la institución que se encarga de difundir las lenguas y las culturas de España por el mundo, y que en este caso supone un claro acercamiento entre España y este nuevo país de nombre.
En el discurso inaugural, el heredero de la Corona de España resaltó que este acontecimiento "simboliza, como ningún otro, la necesidad permanente del diálogo entre culturas", más aún en el feliz proceso de acercamiento de las relaciones bilaterales.
Al igual que dijera anteriormente el director de los Institutos Cervantes, César Antonio Molina, el Príncipe de Asturias comentó que esta sede se ha instalado en el centro de la capital serbia "porque aspira a formar parte de ella, a ser considerada como una de las instituciones culturales".
Habló también el Príncipe del gran interés que existe por el español en Belgrado, como lo prueban los 2 mil 500 alumnos que aprenden ese idioma en sus universidades.
Svetozar Marovic agradeció poder estar con los Príncipes de Asturias en un lugar en el que todos los amantes de la lengua y cultura española podrán contactar con los premios Nobel de España y América Latina, la pintura de Dalí o Picasso, los proyectos de Gaudí o las películas de Almodóvar.
Presentó el acto el director del centro de Belgrado, Juan Fernández Elorriaga y, en su discurso, César Antonio Molina hizo un recorrido por los intercambios culturales entre ambos países.
Destacó Molina el interés de los serbios, montenegrinos y eslavos del sur por constatar en la realidad los sueños de Lorca, y que por eso los príncipes habían inaugurado en Belgrado una exposición de dibujos sobre el poeta. La nueva sede del Instituto Cervantes ocupa mil 77 metros cuadrados, distribuidos en cuatro plantas más sótano, y supone el centro No. 42 de los que hay distribuidos por todo el mundo.
