Desde hace dos años y medio, la panameña Omaris Mariñas vive en San José, Costa Rica.
Esta residencia la ha aprovechado al máximo. La prueba es que el pasado 18 de enero fue la ganadora, junto a la tica Ivonne Durán, del Premio Nacional de Cultura como mejor intérprete 2009 en la categoría de Danza.
Durante 2009 bailó en varios espectáculos. En marzo presentó Chocolate Piulett, de José Raúl Martínez, pieza vencedora del Festival de Coreógrafos de Costa Rica en 2008. Para mayo hizo un taller de coreografía en el Conservatorio El Barco, con las obras La multitud de feo, de Meliza Hernández y Voz en Off, de Zebastián Méndez.
Para junio, el turno recayó en Surprised By Joy, de Laura Aris. Mientras que en noviembre fue invitada a la compañía del maestro Jimmy Ortiz 4Pelos/LosdenMedium con la pieza Gatabrabba y en diciembre el cierre fue con Irreversible, de su propia autoría y con el colectivo de danza Nana+na.
Mariñas está en San José, porque estudia en el Conservatorio El Barco del Taller Nacional de Danza, que dirige Jimmy Ortiz, quien “me dio la oportunidad de formar parte del grupo de estudiantes, al igual que compañeros de El Salvador y Honduras, que fuimos desde 2007 a buscar nuevos rumbos y especializarnos en la danza contemporánea de vanguardia”.
En Panamá, estudió danza en la Dirección de Cultura de la Universidad de Panamá. “Comencé desde pequeña, pero de manera más formal con Vielka Chu desde los 15 años. Luego, ingresé a la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Panamá a Estudiar Danza Moderna, con maestros como Bárbara Berger y Uziel Aloy”.
Para Omaris Mariñas, “la danza es solo un medio, no un fin. Es la manera de tocar a las personas con el corazón, de llegar y alcanzarlos; para que descubran ese mundo imaginario que llevan desde niños, para que sueñen y sobre todo disfruten la vida y el presente”.
Está por formar parte de un curso intensivo de 10 semanas, en Costa Rica, con el maestro David Zambrano en sus dos técnicas especializadas de danza contemporánea, Flying Low y Passing Throught.
“Zambrano hizo que me diera cuenta que la danza es más que pretender lucir hermoso o agradable. Es buscar dentro de sí todo aquello, lo bello y lo feo que somos, para poder llegar con nuestra experiencia, con esto que somos, que no es más que un simple ser humano, y hacer que el público viaje junto con nosotros en la escena”.
Se trata de un curso intensivo con bailarines de todo el mundo. “Es un intercambio cultural para aprender además las técnicas creadas por el maestro Zambrano, que son las bases de la danza contemporánea”.
En abril, tiene planes de retornar a su tierra. “Esperamos realizar una temporada de didácticas escolares sobre el espectáculo que presentamos el año pasado en Panamá Antes que presiones play, Stop, para llegar a estudiantes de escuelas públicas y privadas, como una manera de fomentar el criterio y el gusto por la danza contemporánea”.
Además, en el istmo brindará talleres a todos aquellos interesados en “disfrutar del movimiento, investigar con el cuerpo y a la vez compartir dentro del mundo de la danza. El espacio estoy aún buscándolo, cuando se acerque la fecha entonces ya lo tendré más claro”.
Para tener acceso a esta formación, es “necesario más que cualquier cosa, disponibilidad de tiempo, y sobre todo, disciplina para practicar y entrenar”.

