LOS ANGELES, BUENOS AIRES. Con tantas mujeres bellas en la próxima entrega de los Oscar, el mundo de la moda estará pendiente de cada instante de la ceremonia, ya que sus máximos representantes, los diseñadores, vestirán a las estrellas y podrán asegurarse así que sus nombres renueven su fama internacional.
Dado que la alta costura prácticamente no tiene ya espacio donde lucirse más allá de la pasarela, ésta es su oportunidad para reinsertarse en el guardarropas de las celebridades... y de azuzar el deseo de las demás mujeres del planeta, que recurrirán a sus modistas para que reproduzcan los modelos que más impacten en el desfile sobre la alfombra roja.
La alta costura, que se distingue por los modelos exclusivos que genera, es ideal para engalanar esta edición de la entrega de las estatuillas, ya que se trata del aniversario de diamantes (75 años) de los Oscar. Se espera que esto no solo se refleje en la ropa elegida, sino también en las joyas que luzcan las famosas.
Después de todo, es el aniversario de diamantes de los premios de la Academia, y esperaríamos ver piezas de mayor importancia. Ya sea collares intrincados, piedras grandes, bellas y destacadas, o el juego entre un diseño limpio y diamantes tallados creativamente. Los diamantes tendrán un rol central en la alfombra roja, dijo Sally Morrison, directora del Centro de Información de Diamantes.
En 2000, Salma Hayek lució un anillo de diamantes de 6.17 quilates valuado en cinco millones de dólares, así como aros de diamantes en forma de gotas. Su colega Julianne Moore ambas están nominadas este año como mejor actriz recurrió a los diamantes para unos aros en forma de ying-yang, valuados en 675 mil dólares.
Algunas actrices ya supieron entender en el pasado la ocasión que representa esta entrega de premios para lucir creaciones exquisitas y únicas, como Catherine Zeta-Jones, que en 2001 lució un traje de satén negro strapless de Versace y destacó: Opté por la alta costura.
Para los diseñadores ya consagrados, se trata de la mejor estrategia de recordación de marca, ya que sus nombres resuenan intensamente en la semana post-Oscar e inclusive el modelo top es recordado a lo largo del tiempo, como sucedió con el vestido negro con geometrías blancas y larga cola de Valentino que lució Julia Roberts en 2001, cuando fue premiada como actriz protagónica por Erin Brockovich.
Para diseñadores menos conocidos esta es su oportunidad, como sucedió con el libanés Elie Saab. En la entrega de 2002 fue el creador del espléndido vestido de Halle Berry (ganadora de la estatuilla de actriz protagónica por Monster's Ball), inspirado en diosas griegas y romanas.
Los diseñadores iniciaron hace meses la carrera por seducir a las actrices, proponiéndoles modelos que les envían a modo de catálogo elitista, pero aún así no tienen asegurada su presencia.
