En su vida pública estuvo vinculado a los proyectos de la Vía Panamericana, y en una oportunidad fungió de ministro de Obras Públicas.
Gran parte de su vida profesional la dedicó a la enseñanza como catedrático de la Universidad Nacional; también fue superintendente del Hospital Santo Tomás, ministro de Panamá en México y representante de Panamá en Washington.
Jaén Guardia no era político; sin embargo, participó en la campaña electoral de 1940 que llevó a la Presidencia de la República a Arnulfo Arias.
Al convocarse la Asamblea Nacional, como disponía nuestra Carta Magna, debían elegirse por dos años los tres designados a la Presidencia. En esa oportunidad Jaén formó parte de la nómina presidencial de manera conjunta con José Pezet Arosemena y Aníbal Ríos.
Manuel María Alba, en su obra Cronología de los Gobernantes de Panamá, al describir la personalidad de Jaén Guardia, dice: Jamás fue un político militante. De ahí su alejamiento de las intrigas políticas, contra lo cual chocaba su integridad personal.
En las primeras horas del 9 de octubre de 1941 fue llamado telefónicamente por el Comandante de la Policía Nacional, Rogelio Fábrega, para que se presentase al Palacio de las Garzas. El presidente titular de la República, Arnulfo Arias Madrid, había viajado dejando en acefalía la Jefatura del Estado. De acuerdo con la Constitución Nacional, el presidente no podía abandonar el país sin contar con una licencia expedida previamente por la Corte Suprema de Justicia.
Ante este hecho, se convocó el Consejo de Gabinete con la asistencia de los miembros de la Corte Suprema de Justicia. Se inició entonces una informal reunión del Consejo de Gabinete, que presidía el ministro de Gobierno y Justicia, Ricardo Adolfo de la Guardia, junto al jefe de la Policía, el teniente coronel Rogelio Fábrega y su inmediato colaborador, José Antonio Remón.
Surgieron entonces una serie de acusaciones contra Arnulfo Arias. El tomó un avión en el aeropuerto de France Field, y las autoridades de la Zona del Canal se comunicaron con Fábrega, quien de inmediato avisó a su superior jerárquico, quien era de la Guardia.
Según Fábrega, en todo momento las autoridades panameñas se habían mantenido en contacto con las autoridades de la Zona del Canal.
Por razones no claramente explicadas, Pezet, ministro de Educación y primer designado a la Presidencia, no asistió al Consejo de Gabinete, porque había sido detenido. Al parecer no estaba en conocimiento de lo ocurrido.
El tercer designado, Aníbal Ríos, quien fungía como ministro de Panamá en el Perú, comunicó su intención de regresar de inmediato a nuestro país para tomar posesión de la Presidencia, pero la Cancillería le informó que al arribar al territorio nacional, sería objeto de un proceso judicial.
Ante esta situación insólita, Jaén Guardia, segundo designado a la Presidencia de la República, tomó posesión del cargo.
Los integrantes del Consejo de Gabinete se enfrascaron en un prolongado debate, que terminó con la determinación de renunciar de Jaén Guardia, ante los miembros de la Corte Suprema de Justicia que le habían dado posesión unas horas antes.
Jaén confirmó a Ricardo Adolfo de la Guardia como ministro de Gobierno y Justicia y como encargado temporal de la Jefatura del Estado. El ciudadano escogido como primer designado a la Presidencia reemplazaría en esa forma a Arnulfo Arias, quien había sido destituido de su condición de Presidente de la República.
Al cumplirse este período constitucional, de la Guardia debía abandonar el poder. Sin embargo, ante su tenaz resistencia a que la Asamblea Nacional eligiese a los nuevos dignatarios, permaneció en el mando presidencial hasta 1945.