No solo las flores y los chocolates hacen sonrojar a las parejas. Los piropos, esas frases que en el momento preciso conquistan, también forman parte de aquellas grandes historias de amor.
Existe una gran variedad. Van desde los más conservadores, pasando por los más atrevidos y provocadores, hasta espantos que en algunas ocasiones provocan incontrolables risas o rabias.
“¿Sabes por qué la luna llora? Porque tu sonrisa la opaca”, o aquellas que dicen “las puertas del cielo se han abierto porque estoy viendo un ángel caminando” y “no desayuno porque que pienso en ti, no almuerzo porque pienso en ti, no ceno porque pienso en ti y no duermo porque tengo hambre”, son algunas de esas frases célebres que, por inspiración o nerviosismo, se dicen en medio de aquellas citas románticas.
Pero, ¿alguna chica ha lanzado sus piropos? Una que otra ha sido traicionada por las hormonas.
“Joo, papi estás guapo” o “¡qué bien te ves!” son algunas de las frases que les salen cuando van manejando. Pero claro, con los vidrios cerrados.
