El príncipe Harry aterrizó con la mujer de su corazón, la rubia Chelsy Davy, en medio del paraíso. Entre Paradise-Island e Indigo Bay no se puede encontrar otra cosa que una cuidada exclusividad.
Bazaruto es el nombre del archipiélago ante la costa de Mozambique en el que actualmente holgazanea el hijo del príncipe heredero Carlos de Inglaterra. El idílico grupo de islas en el océano Indico es una de las reservas marítimas más bellas del mundo. Además de contar con arrecifes de coral, es el hogar del grupo más grande, y quizás único, de ejemplares de dugongs (vacas marinas) que aún sobreviven en la costa este de Africa.
El acaudalado padre de la novia del príncipe se ha encargado, como propietario de los derechos de pesca y buceo del archipiélago, de que los paparazzi no tengan ocasión de tomar imágenes de la bronceada pareja mientras vive su romance buceando, haciendo surf sobre las dunas o esquí acuático.
Harry se enfrenta ahora a lo que a su madre le amargó la vida en su momento: su idilio se convierte en un acontecimiento mediático.
Durante la primera etapa de sus vacaciones prenavideñas en Sudáfrica, Harry ya vivió la experiencia de que la felicidad personal de los jóvenes príncipes despierta totalmente el interés público.
En la localidad de Unhlanga Rocks, los días de relax en el apartamento del padre de Chelsy se convirtieron en un acontecimiento mediático, que llegó a copar en Sudáfrica las portadas de los periódicos.
Los numerosos, pálidos y generosos periodistas y fotógrafos, que de repente poblaron las calles de la localidad con mochilas repletas de objetivos a sus espaldas, despertaron más excitación que el príncipe. "A veces ofrecían a uno de mis chicos 700 libras (mil dólares) sólo por una indicación, en el caso de que Harry y Chelsy aparecieran por aquí", explicó el gerente del restaurante situado en frente del nido de amor, en declaraciones a periodistas sudafricanos.
El caso es que la pareja se dejó ver en alguna ocasión, pero no ocurrió nada interesante.
Por el contrario, Simon King tuvo más éxito. En su restaurante de moda Zack's, Harry y Chelsy disfrutaron de la comida. "Sí, estuvieron aquí. El pidió espaguetis a la boloñesa y un coctail llamado 'Sex on the beach', mientras que ella pidió lo mismo además de un vodka con limón", difundió King los hábitos alcohólicos de Harry.
Un colaborador del periódico sensacionalista británico The Sun reveló al dominical sudafricano Sunday Times: "Contamos aquí con unos cuantos chicos que trabajan para nosostros. Uno está en la playa, otro delante del apartamento y al menos tres se recorren los lugares de encuentro más populares".
El interés británico aumentó aún más cuando salieron a la luz pública detalles sobre las fuentes de la riqueza del padre de Chelsy, Charles, quien ha amasado una fortuna sobre todo en Botswana y Zimbabwe con licencias exclusivas de caza y safari.
Mientras, en la ex colonia británica de Zimbabwe, el presidente Robert Mugabe ha desposeído de sus tierras a cerca de 5 mil terratenientes y los ha expulsado del país.
Por ello, los políticos británicos se estremecen sólo con pensar en la posibilidad de que el príncipe pudiera visitar a los padres de su novia en Zimbabwe.
