Roque Cordero fue el compositor panameño más importante, cuya obra no tuvo ninguna rivalidad en Panamá en el siglo XX, período del que data su producción musical. Así piensa el músico nacional Emiliano Pardo sobre el artista que murió en Estados Unidos el pasado sábado 27 de diciembre, a los 91 años.
Pardo considera que el principal aporte del maestro “fue poner el nombre de Panamá en el panorama universal de la música de arte, por medio de una obra sólida y basada en técnicas de composición contemporáneas, pero sin olvidar su procedencia latinoamericana”.
Su hijo, Rogelio Cordero, de acuerdo a Pardo, señaló que el maestro del pentagrama “disfrutó de una vida muy buena y muy larga, dejando muchos buenos recuerdos y amigos al igual que muchas obras que enriquecerán el mundo por siglos. Era un gran hombre, noble, productivo y sumamente feliz y orgulloso de su familia y de los muchos amigos que tuvo en todos los rincones del mundo”.
En 2007, expresó que estaba contento porque al cumplir los 90 años de edad en su tierra natal, le realizaban un homenaje en el “VI Encuentro Internacional de Guitarra”.
Será recordado por sus composiciones para clarinete, saxofón, guitarra y percusión. Además se destacó por el uso en sus composiciones de la técnica dodecafónica, en la que se utilizan 12 notas.
El autor de Rapsodia campesina (premio Ricardo Miró 1953) y Segunda sinfonía (premio Caro de Boesi 1957, Venezuela) fue sepultado en Dayton, Ohio, el pasado lunes 29 de diciembre.
