Ana Teresa Benjamín abenjami@prensa.com Tengo frente a mí, sobre el es-critorio, una pastilla color celeste, con forma de diamante y el sello de la empresa farmacéutica Pfizer. Es una tableta de Viagra y no se trata de una muestra médica; Ricardo la compró. Y por encargo. Un encargo que tenía como propósito verificar que esta especie de pas-tilla milagrosa que, sin embargo, puede afectar a quienes su-fren del corazón se puede conseguir en el mercado sin la receta médica que debe acompa ñarla.
Ricardo eligió primero Farmacias Arrocha de Vía España y, sin de-masiados miramientos, preguntó si allí vendían Viagra. Claro que la tenían, pero pidieron la prescrip-ción médica.
Luego fue a la farmacia de Su-permercados Rey de Calle 50 y ocurrió lo mismo, aunque allí aguantó con todo la tranquilidad que le era posible las miradas curiosas de algunas farmaceutas.
(Antes de seguir, debo decir que Ricardo tiene 42 años y me lo ha jurado no tiene problemas de disfunción eréctil).
La última parada fue en una far-macia que no pertenece a ninguna cadena y está muy cerca del Res-taurante Waikiki, en Parque Le-fevre. Allí no hubo preguntas. El farmaceuta fue hacia las estanterías, extrajo la pastilla y la colocó en uno de esos cartuchos pequeños y blancos típicos de las boticas.
Fueron 12 dólares por una tableta de Pfizer de 50 miligramos.
La Viagra llegó al mercado local en 1998 poco después de ser lan-zada en Estados Unidos, y desde entonces las ventas solo han subido. Durante ese primer año en el mercado internacional, Viagra produjo ventas de 700 millones de dólares, y superó los mil millones de dólares al tercero.
Lourdes Vergara, de las oficinas de Pfizer en Panamá, no da estadís-ticas, pero tampoco duda: En la región de Centroamérica, Panamá es uno de los mercados de más venta. El hecho resulta curioso cuando se piensa que Panamá es uno de los países más pequeños y con menos población en la región.
Pero al ginecólogo y sexólogo Gui-llermo Rolla Pimentel, las declaraciones de Vergara no lo levantan de su asiento. El impacto publicitario fue efectivo, comenta, a propósito de la intensa campaña que desarrolló Pfizer en 1998.
Hubo una maquinaria publicitaria increíble, recuerda el urólogo Angel Alvarado. La parte noble de toda esta movilización mercaderil es que la disfunción eréctil comenzó a ser un tema perfectamente conversable en los juegos de pelota... (¿de veras?).
Como sea, Viagra ha sido, desde que llegó a suelo istmeño, un éxito innegable. Un triunfo que Rolla Pimentel explica por la desinformación que padece la población joven y adulta, femenina y masculina que los hace ansiar una condición de atleta sexual que admitámoslo nadie es capaz de sostener (¿o sí?).
El reloj de mi computadora marca las 3:51 de la tarde... ¡Oh, ya son las 3:52! Un segundo es todo lo que toma vender nueve tabletas de Viagra, según consta en la página que Pfizer ha creado solo para este medicamento (www.viagra.com).
Créalo o no, la misma página dice que el medicamento es tomado por 16 millones de hombres alrededor del mundo.
¿Quiénes son estos hombres? Los que han visto disminuir su capacidad para lograr una erección o para mantenerla debido a problemas médicos, sicológicos o de metabolismo. Aquí entran casos de hombres que sufren de diabetes o de problemas estomacales... que toman medicamentos psiquiátricos o consumen alcohol o cigarrillo en exceso... o los que han sufrido de algunas cirugías o de problemas sicológicos. Los factores que pueden desencadenar una disfunción eréctil son varios y, por esto mismo, Viagra no es la única respuesta.
De hecho, antes de que Pfizer saliera con Viagra (cuyo compuesto es el sildenafil), existían las prótesis y, también una solución llamada Caverject, que se inyectaba en el pene (producida por UpJohn), pero que ahora también comercializa la Corporación Pfizer, luego de la compra de Up-John.
También, desde hace ya tiempo, se utiliza la apomorfina (nombre co-mercial, Uprima), que en vez de trabajar en los vasos sanguíneos del pene lo hace a nivel cerebral, pro-duciendo una sustancia llamada dopamina, que relaja los músculos de las paredes de los vasos sanguíneos (incluyendo los del pene, claro está). La ventaja de la apomorfina es que no está contraindicada para los pacientes con problemas del corazón; es una pastilla que se ingiere como un caramelo, y sus efectos se sienten apenas 20 minutos después de su ingesta.
Y hay más. Aunque no se comercializan en Panamá, en otros mercados ya existen productos como Cialis, de Lilly que funciona por 36 horas y le llaman la weekender y Levitra, de Bayer, que es una droga que con menor dosis
logra efectos similares que el pro-ducto de Pfizer.
Pero el Viagra sigue siendo el favorito, aunque no está indicado para todos. El Viagra le sirve a los pacientes que tienen algún tipo de disfunción eréctil por razones circulatorias locales; no está hecho
para mejorar la eficiencia eréctil ni para hacer atletismo sexual, agrega Rolla Pimentel.
Pero hay quienes lo han consu-mido, no digamos que por atletismo, pero sí por curiosidad. Lo usé recién salió al mercado... Y no conozco a un solo amigo de mi edad que no lo haya usado por curiosidad, cuenta un hombre de 39 años que, por cierto, es médico.
¿Qué tal le fue? Es un medicamento fabuloso, agregó.
Pero la curiosidad no es una buena razón para el uso de Viagra. Como dice Alvarado, el uso recreacional, por pura curiosidad o placer, no es una indicación para el uso de este pastilla que, al final de cuentas, es un medicamento.
Además, quizás a las mujeres no les parezca tan fantástico, después de todo.
Francamente, a menos que mi pareja padezca una disfunción eréctil -que es para lo que se receta Viagra- no me gustaría que acudiera a esta pastilla como un bastón para sentirse sexualmente joven, relató una mujer que prefirió manifestar su opinión en el anonimato.
Como mujer, estoy expuesta a que, a medida que pasan los años, mi líbido disminuya, y quisiera que mi pareja y yo evolucionáramos juntos hacia una relación con matices, frecuencias e intensidades acordes a cada etapa de la vida, sin artilugios, puntualizó.
En fin. Marte y Venus.
Más preguntas al urólogo Ángel Alvarado
¿Viagra crea dependencia sicoló-gica?
No. Lo que puede ocurrir es que si alguien la usa sin necesidad, des-pués siente como que la necesita para realizar su actividad sexual.
¿Hay algún efecto físico si si in-giere Viagra sin necesitarla?
No hay ningún efecto que se haya comprobado en ese sentido; sólo la interacción con los nitratos. El efecto del Viagra en el metabolismo es muy rápido.
¿Qué es lo que hace Viagra?
Viagra es un facilitador de la erec-ción porque dilata los vasos san-guíneos que tienen que ver con el llenado del pene.
No es que yo me tomé una pastilla y listo; si no hay estimulación, no va a funcionar.
La duración de la erección también se prolonga. Cuando el hombre
eyacula pierde la erección, pero
puede lograr una segunda erección al poco tiempo, porque sigue el compuesto del medicamento en el cuerpo.
¿Viagra funciona en las mujeres?Se está considerando Viagra como tratamiento a la disfunción sexual
femenina, pero no hay conclusio-nes al respecto. Ahora mismo no se está prescribiendo.
Lo ideal para la mujer es el tra-
tamiento con estrógenos.
¿El efecto es inmediato?
La indicación es una hora antes de tener actividad sexual, pero si la persona ha comido o ha tomado licor o es diabético, debe tomarla dos o tres horas antes.
¿Ha muerto gente por el consumo de Viagra?
Sí, pero la causa no ha sido el medicamento, sino el uso sin las precauciones adecuadas.
