La imagen: un abrazo entre un personaje con turbante y otro con saco y corbata. El escenario: Brasilia. El anfitrión: Luiz Inácio Lula Da Silva. El trasfondo: nuevas alianzas se observan en Latinoamérica en un momento en que muchos gobiernos giran a la izquierda.
La existencia de lazos históricos de carácter étnico y cultural entre árabes y latinoamericanos ha servido de plataforma para plantear posiciones distintas en un continente dominado por Estados Unidos.
YA ESTABAN AQUÍ
La presencia árabe no es nueva en Latinoamérica. El idioma español está lleno de palabras y frases que tienen relación con el mundo árabe.
Casi nueve siglos de dominación en la Península Ibérica, así como las constantes migraciones con su impacto en la economía y la política son –según el análisis de Ahmad M. Waked, presidente de la Comunidad Árabe de Panamá– indicadores de una aproximación cada vez mayor entre árabes y latinoamericanos.
Algunos descendientes han ocupado altos puestos en las naciones latinoamericanas. Ese es el caso de Carlos Saúl Menem, ex presidente de Argentina; Jamil Mahuad, de Ecuador, y más cercano al istmo, Abdalá Bucaram, quien acabó de recibir su cuarto asilo político en Panamá.
En Latinoamérica viven cerca de 20 millones de árabes o sus descendientes, quienes han migrado por diferentes razones. En Panamá hay 7 mil 500. Antonio Domínguez, político y empresario arnulfista, es uno de ellos. Su abuelo, el libanés Jacobo Domínguez, llegó en 1908, luego de haber pasado por España, donde se cambió el apellido que originalmente era Doumet.
Al mando de la mayoría de las empresas de la Zona Libre de Colón hay árabes o descendientes. Ahmad M. Waked, quien construye –por un monto de 84 millones de dólares– un centro comercial en la entrada de Colón, calcula que son 160 las empresas ligadas a la comunidad en Panamá y Colón.
El presidente de la comunidad árabe llegó en 1972 procedente de Colombia. Su historia –dice– es similar a la de la mayoría de los árabes que han echado raíces en estas tierras.
Waked observa con optimismo el encuentro entre líderes de 34 naciones árabes y sudamericanas que concluyó ayer en Brasilia, por sus repercusiones no solo en el terreno de los negocios, sino en la arena política. "Somos dos regiones del tercer mundo con muchas cosas en común", comenta.
Alrededor de 800 empresarios de las dos regiones, incluyendo a 190 de países árabes, estuvieron presentes en la cumbre para discutir la posibilidad de un mayor intercambio comercial. El año pasado el flujo comercial entre las dos regiones fue de 10 mil millones de dólares.
Otra visión
Más allá del tema económico, el grueso de la agenda de la cumbre de Brasilia tocó el aspecto político que, como era previsible, predominó, particularmente por las críticas a Israel y a los países ricos.
Por los árabes panameños asistió Walid Zayed, en su calidad de consejero de la Federación de Entidades Árabes de América y director de la Oficina de Información de Palestina en Panamá.
Desde el principio –dijo– se propusieron enviar una clara señal de la íntima relación existente entre los países tercermundistas y no alineados frente "a las nuevas políticas hegemónicas e impositivas" de Washington.
"Ha llegado el momento de mirar a los lados y dejar de enfocar al norte como única verdad", comentó Zayed en una entrevista previa a su viaje a Brasilia.
Justamente ese fue uno de los logros de los países árabes representados: que América del Sur apoye la causa palestina y la transición en Irak, lo que obviamente provocará reacciones en Estados Unidos e Israel. VEA 29A
Al Yazira filma documental en Panamá
Un equipo periodístico contratado por la televisora Al Yazira se encuentra en Panamá para filmar un documental sobre la presencia árabe en Latinoamérica. Se trata de los egipcios Hala Loefy, productora; Omar Zami, periodista y Zaky Aref, camarógrafo.
Zami, quien lleva un mes aquí, explicó que las filmaciones forman parte de un proyecto mayor que encargó la televisora Al Yazira, con el fin de resaltar la vida de los árabes en Latinoamérica.
El documental, cuya fecha de transmisión aún no se ha fijado, constará de 25 episodios. En Panamá se filmarán dos de 50 minutos.
El martes el grupo se trasladó a la Zona Libre de Colón, donde se concentra un grupo representativo de empresarios de esa comunidad.
"Queremos destacar la integración de la sociedad árabe en las comunidades donde viven, además del aspecto histórico, económico y político", explicó Zami. Con ese fin entrevistó a descendientes que tienen entre 50 y 60 años de vivir aquí.
Filmaciones similares se han hecho en Venezuela, Chile y Ecuador. Otro equipo está en Cuba y un tercero se prepara para viajar a Bolivia y Perú.

