Viernes, 2:30 p.m. Reunión de capitanes. Bajo un sol inclemente en el patio de Seabord Marine, en Cristóbal, Pablo Prieto, coordinador de la Carrera de Cayucos de Océano a Océano, da las últimas instrucciones de seguridad para la prueba que está a punto de empezar.
Remeros de 75 embarcaciones –en total 300 personas mayores de 14 años– se agrupan para recordar las medidas de seguridad de la carrera y de su cayuco, una embarcación hecha de un tronco de madera panameña.
El tramo por recorrer este primer día no es fácil: será entre 45 minutos (los más rápidos) y hora y media de remo en un mar picado. Deben evadir los bancos de arena y luchar contra las olas para que el cayuco no se hunda. Es un día de maniobras, en que la tripulación más capaz tomará la delantera.
Es el primer día de tres de la carrera organizada por el Club de Remos de Balboa. Hay dos categorías: trofeo, para jóvenes entre 14 y 21 años, y abierta, para todos los demás que se atreven a la aventura.
Este año 44 tripulaciones son de trofeo. En esta categoría son cuatro tripulantes por bote: pueden ser cuatro hombres, cuatro mujeres o mixto.
En la abierta hay botes que albergan hasta nueve tripulantes. Pero no es una carrera nivelada: los botes de trofeo no tienen timonel y solo pueden ser de madera; mientras que en la categoría abierta sí pueden ser de fibra de vidrio ("para no ‘matar’ tantos árboles", dice Prieto).
LA PARTIDA
Es la 51 edición de la carrera, que se celebra cada año el fin de semana anterior a la Semana Santa. Viernes 3:30 p.m. ¡Bang! Sonó el disparo. ‘Vuelan’ los remos. La adrenalina fluye. El viento está fuerte y la sal pica los ojos.
Viernes, 4:15 p.m. Los primeros cayucos llegan al embarcadero norte de las esclusas de Gatún. El cansancio es enorme, pero hay que recoger: remos, zapatos, ropa, salvavidas, protector solar; ir a comer y a descansar para el siguiente día.
Sábado, 7:00 a.m. Sobre las aguas del lago Gatún. Es el día más difícil, donde hay que remar desde justo después de las esclusas de Pedro Miguel hasta la boya 93 en Gamboa. Se deben superar dos tramos críticos: el Banana Channel y Punta Tabernilla. El bote más rápido llegará en dos horas con 45 minutos, aproximadamente. El más lento puede demorar hasta seis horas. Todos rezan para que no se los lleve "la bacha", ese bote grande que recoge a la tripulación cuando ya no da más.
Usualmente la culpa del fracaso es del "aguatero", o el número tres del bote. Porque cada persona tiene su función: el primero marca el ritmo y debe ser el más disciplinado; el segundo es el fuerte, el tercero debe ser el más liviano, quien para de remar para sacar el agua; y el cuarto, o capitán, dirige el bote, le da dirección. Cuando se rompe la coordinación entre la tripulación, todo se acaba.
¡Bang! La partida nuevamente. Es día de resistencia. Ganan los que más aguantan, los que más practicaron.
Sábado, 10:00 a.m., División de Dragado de Gamboa, boya 93. Los primeros llegan. Las vejigas de las manos sangran, los músculos duelen.
Sábado, 12:30 p.m. Gamboa. Los últimos arriban. El cansancio apremia. ¿Podrán un día más?
Domingo, 8:15 a.m., Boya 93, lago en Gamboa. ¡Bang! nuevamente. Es día de la velocidad. No hay olas, la meta es llegar rápido. La primera carrera dura como una hora. El tipo de cayuco influye: debe ser largo y estilizado para ganar.
Domingo, 9:30 a.m. Embarcadero de Pedro Miguel. Llegan los primeros. No hay tiempo ni para respirar. Hay que prepararse para cruzar las esclusas.
Domingo, 11:45 a.m. Dentro de las esclusas, el agua baja de nivel y las paredes ‘suben’. Comienza la guerra de chupones de naranja, de la fruta que sea, entre los competidores. Los paraguas se abren para protegerse del sol –y de los objetos voladores–. Son varias filas de cayucos y los mejores están adelante.
12:15 p.m. comienza la regata del lago de Miraflores, que dura unos cinco minutos hasta las esclusas de este mismo nombre. ¡Sálvese quien pueda! El que tuvo la mejor partida, se lleva el primer puesto.
Domingo, 1:00 p.m. Paso por las esclusas de Miraflores. Nuevamente la guerra y los paraguas. Se acerca el último tramo.
Domingo, 1:15 p.m. El momento final: hasta la rampa pública de Diablo. Es el tramo más conocido. Agua salada nuevamente, sol que tuesta la piel. ¡Fue del Atlántico al Pacífico, a puro remo!
