Julio Bustamante, un avispado mecánico de 60 años, se abrió paso entre los humeantes escombros para rescatar ayer sus herramientas de trabajo, que habían quedado sepultadas entre las cenizas de la barraca conocida como Don Bosco de Patio Pinel, en Santa Ana, que quedó totalmente consumida por el fuego del viernes pasado en la mañana.
Él es uno de los más de 500 damnificados que hoy caminan de un lado a otro, con las manos en la cabeza, pensando que lo perdieron todo.
A pesar de que la Policía Nacional y el Cuerpo de Bomberos prohibían el paso de los moradores por razones de seguridad, Bustamante logró convencer a uno de ellos para que le diera la oportunidad de atravesar las barreras de carbón para buscar la única pertenencia que le quedaba: su caja de herramientas.
"Traté de rescatar mi diploma que me certifica como mecánico, pero no pude. Perdí todo", dijo, mientras limpiaba los destornilladores y llaves inglesas chamuscadas por la candela.
El día de la tragedia, el fuego no le dio tiempo para rescatar algo, como lo hicieron sus otros vecinos.
Las autoridades y algunos testigos aseguraban que el incendio fue provocado por pandilleros locales.
Sin embargo, miembros de la Oficina de Seguridad del Cuerpo de Bomberos informaron a La Prensa que el fuego fue provocado por descuido de una joven de una de las barraca.
La mayoría de las 104 familias afectadas pasó en casa de parientes, mientras que otros, como Bustamante, durmieron en los estacionamientos de los edificios de Patio Pinel.
El Ministerio de Vivienda (MIVI) utilizó como albergue la vieja escuela Práctica de Comercio Istmeño para ubicar temporalmente a unas 35 familias.
Otras 40 familias se encuentran en casa de algún conocido o pariente; ocho fueron ubicadas en pensiones, siete en propiedades tramitadas por el Banco Hipotecario Nacional, y seis decidieron aceptar lotes cedidos por el MIVI.
Jair Martínez, representante del corregimiento de Santa Ana, explicó que a los afectados se le han donado unos 200 colchones, leche y frazadas. Además, desde el viernes han recibido comida procedente del comedor municipal Juan Ramón Poll.
El Despacho de la Primera Dama y el Sistema Nacional de Protección Civil también han coordinado con el MIVI y la junta comunal para reubicar a los damnificados.
La gente de Patio Pinel vivió momentos de angustia, pero tras iniciarse hoy la Semana Santa, dan gracias a Dios que no hubo ningún muerto.