CULTURA

Historia de los petroglifos de Nancito

Historia de los petroglifos de Nancito
Los petroglifos empezaron a ser tallados durante la Edad de Piedra del paleolítico superior.

Argelis Bonilla Morales es nanciteña, gentilicio que identifica a todo aquel que nació en Nancito, provincia de Chiriquí. Allí creció escuchando hablar de los petroglifos o “piedras pintadas” del lugar; las conoció en excursiones escolares, y ahora, tras investigar su historia, ha elaborado un libro: Petroglifos de Nancito: arte y cultura Doraces.

Cuando regresaban al salón de clases luego de ver y palpar las piedras, recuerda Bonilla Morales, las recreaban en dibujos. Pero años después, cuando ya en el sitio funcionaba el Museo del Parque Arqueológico de Nancito, vio un petroglifo que cuando niña le había llamado mucho la atención por su tallado, una clave de sol, solo que ahora no se apreciaba tanto. Su diseño y encanto se desvanecían.

Fue entonces cuando la docente universitaria e investigadora sintió la necesidad de escribir una obra para que los futuros nanciteños, y el país en general, tuvieran referencias de aquella herencia de culturas prehispánicas.

Bonilla Morales comparte que en su obra se podrá encontrar, en principio, una idea general sobre la prehistoria, al ser los petroglifos el tema central.

“El arte rupestre nace en la Edad de Piedra del paleolítico superior. Los petroglifos son tallados durante esta época. En Panamá este período está bien representado”, destaca.

ORFEBRERÍA

También se aborda la Edad de los Metales. La docente explica que las tribus panameñas fueron pioneras en la aleación de metales como el oro y el cobre (elaborada por la cultura doraces), el oro y la plata (por la cultura cueva).

“La orfebrería panameña fue la más brillante del continente americano. El metal más preciado y permutado por los aborígenes panameños era el oro. Hicimos una extensa investigación sobre lo que encontraron los cronistas en nuestro territorio, donde existían dos reinos: la cultura cueva y la cultura doraces. Las tribus panameñas eran predominantemente guerreras, lucharon con valentía y coraje contra los colonizadores”, indica la autora.

Y en las siguientes páginas de su publicación se detalla aspectos diversos de los cueva y doraces.

Historia de los petroglifos de Nancito
Los petroglifos empezaron a ser tallados durante la Edad de Piedra del paleolítico superior.

“En ambas culturas los cronistas los describen físicamente de estatura alta, su cuerpo de esbelto talle, nariz perfilada, de rostro hermoso, y que tenían barba como los españoles. Referían que eran extremadamente honrados, trabajadores y limpios; la mentira y el robo se castigaba con la muerte; no consentían el matrimonio sino hasta el cuarto grado de consanguinidad. Mantenían un eficaz intercambio de productos; no tenían monedas, pero sí tenían balanza de pesar oro. Comercializaban joyas, vasijas de cerámica, sal, telas de seda de exquisita calidad por sus labores, y pinturas o vinos que fueron comparados con las cervezas inglesas, y usaban calzado (gutarra, hoy cutarra)”, plantea.

A medida que se leen los relatos de los cronistas, se encontrarán muchos puntos que nos identifican con estas etnias, comenta.

INVESTIGACIÓN

Petroglifos de Nancito: arte y cultura Doraces, presentado recientemente en la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero; contiene además 54 fotografías que incluyen petroglifos, esculturas, la exposición en el museo, objetos privados y unos pilones.

“Esta es una investigación en la que hago una correlación de los diferentes autores que hicieron su trabajo por separado; solamente he unificado los criterios de los especialistas: cronistas, historiadores, antropólogos, entre otros”, apunta Bonilla Morales del libro que le tomó 10 años de trabajo.

“Comencé a leer cuanto encontraba sobre los petroglifos. Investigando a los guaymíes como autores de los petroglifos, y a medida que los estudiaba me percaté de que no había una relación de vida ni de costumbres con los autores de los petroglifos. Me enfoqué en los cronistas, después en los historiadores y en los antropólogos. Tuve que leer mucho: historiadores panameños, antropólogos, la historia de Costa Rica y Centroamérica, la historia de Colombia, la de Panamá, y varias obras sobre nuestro continente, además de los cronistas”.

Y tras publicar el libro, la autora concluye que queda mucho por investigar sobre las “grandiosas culturas cueva y doraces que habitaban el país en la época prehispánica”, y que debe haber petroglifos en todo el país y en muchos lugares han sido ignorados por desconocerse su enorme valor histórico.

“Es por ello que se siguen teniendo noticias de nuevos encuentros de petroglifos en el país. Mi libro solamente recoge una ínfima muestra en un pequeño territorio que es Nancito. Hay información de que hay petroglifos en Remedios, Tolé, San Félix, Quebrada de Piedra, Sitio Barriles, Caldera y Boquerón, en Chiriquí; La Mesa y Soná, en Veraguas; El Caño, Aguadulce y El Valle de Antón, en Coclé, entre otros”, detalla.

Petroglifos de Nancito: arte y cultura Doraces se encuentra disponible en los supermercados Riba Smith y en el Gift Shop del Gamboa Rainforest Resort.


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