Miguel Arrocha • marrocha@prensa.com
La primera novela de Beatriz Rivas, La hora sin diosas, es un tríptico, una novela biográfica de tres mujeres inmensas, colosales, que para los no especialistas fueron famosas por haber sido examantes de grandes hombres de la filosofía, las artes plásticas o la música.
Utilizando un personaje ficticio, Daniel Ponty, quien en sus últimos días le dicta sus memorias a su nieta, Rivas nos narra las vidas, pasiones y pensamientos de estas tres mujeres tan intensas, humanas como intelectuales.
La primera de ellas es Lou Andreas Salomé, escritora alemana, cuya obra explora aspectos de la psicosexualidad de la mujer y defiende la libre expresión femenina fuera del matrimonio. Sin embargo, es quizás más conocida por haber tenido relaciones amorosas, entre otros, con Friedrich Nietzsche y Rainer María Rilke.
Alma María Mahler, compositora y musicóloga austriaca, es la segunda diosa de este libro. Casada con el compositor Gustav Mahler, estudios recientes han demostrado que mucha de la producción musical de este se debe a la gran contribución de Alma.
Cierra el trío Hanna Arendt, filósofa, socióloga y politicóloga, cuya obra es una reflexión sobre la democracia y los totalitarismos. De aquí surge la paradoja de su relación afectiva con Martin Heidegger, muy criticado por su relación con el régimen nazi.
La hora sin diosas va más allá de la simple biografía, cronológica y académica. Explora el pensamiento personal y vivencial de sus personajes; utiliza al interlocutor ficticio para preguntar los sentimientos, las razones, las opiniones, y a la vez describe la etapa histórica que le tocó vivir a cada una de estas tres divinidades.
Mas la obra hace especial hincapié en sus particulares relaciones amorosas. La prologuista Ethel Krauze lo resume así:
“Son tres de las mujeres más pendulares de las que tenemos noticias. Una se casó, pero se conservó virgen ante el marido, mientras tenía amantes geniales; otra renunció a su propio talento para servir al marido genial, pero tuvo amantes de todas las edades que enloquecieron por ella; una más fue la amante –discípula del filósofo casado, para convertirse después en la esposa filósofa de otro marido apacible, para volver con el primero y reimpulsarlo, en plan de cómplice de la mujer”.
Recomendamos la edición de Alfaguara conmemorativa a los 10 años de publicación, que incluye un prólogo de la poetisa Ethel Krauze, y una conversación con la autora.
También presenta cuatro anexos:
El primero, Cuatro vidas, es una reseña cronológica sobre los tres personajes reales y el personaje ficticio.
El segundo, Otros personajes, breves biografías de los personajes famosos que aparecen en el libro.
El mundo es el tercer anexo. Es el marco histórico mundial.
Finaliza con un epílogo de la autora y una extensa bibliografía.