¿Qué pasa en el humedal?

¿Qué pasa en el humedal?

A lo largo del humedal Bahía de Panamá se registra un fenómeno misterioso: entre el verdor del bosque cercano a la costa resaltan miles de árboles y arbustos enfermos, secos, que forman un sinfín de manchas marchitas sobre la alfombra del manglar.

Es tanta la vegetación afectada que pronto la atención científica apuntó en esa dirección.

Investigadores de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) identificaron la situación, alertaron a sus homólogos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) y un sobrevuelo en noviembre pasado por toda la extensión del humedal encontró numerosas zonas de manglar muerto de entre 1 y 10 hectáreas y hasta de 65 km2.

Es mucha más afectación de la que se esperaba registrar en los 350 kilómetros recorridos en el litoral pacífico entre Juan Díaz, en la ciudad capital, y La Palma, Darién, confirma Steven Paton, director del Programa de Monitoreo Físico del STRI.

El panorama es complejo: los múltiples parches de flora agonizante abarcan tanto árboles y arbustos dentro y fuera del manglar, la erosión en el área es muy fuerte, el desarrollo y crecimiento poblacional se acercan sobre todo en la zona de Juan Díaz y Tocumen, y se carece de estudios previos y monitoreo fotográfico relacionados con la situación y salud del humedal Bahía de Panamá.

¿Las manchas son el resultado de incendios o de relámpagos? “Lo que vimos es diferente”, afirma Paton. Podría ser por plagas o por lo seco que fue el período entre los años de 2013 y 2015, en el que el promedio de lluvia bajó de 2 mil 661 milímetros a unos 2 mil milímetros, según mediciones del STRI en Barro Colorado. Podrían ser, en definitiva, varios fenómenos ocurriendo a la vez, anota el científico.

El siguiente paso es hacer un estudio de campo. Hay que determinar cuántas especies están afectadas, hacer censos de árboles, análisis del suelo, de salinidad, y dar seguimiento para ver si el bosque se recupera o empeora.

Por ello, el STRI y otras instituciones del hacer científico (UTP, Universidad de Panamá, Ministerio de Ambiente, Sociedad Audubon, Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación; Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología, y Centro Regional Ramsar, entre otros) se reunirán en las siguientes semanas para abordar la situación.

Dos metas son establecer un sistema de monitoreo de costas que permita tener los datos suficientes para entender qué pasa en el humedal, y poner sobre el tapete público el valor de los humedales.

SERVICIO

Para definir un humedal, el biólogo Isaías Ramos, del Centro de Incidencia Ambiental, se remite a la que da el Convenio de Ramsar: “Una zona de la superficie terrestre que está temporal o permanentemente inundada, regulada por factores climáticos y en constante interrelación con los seres vivos que la habitan”.

Luego Ramos sintetiza: los humedales son una enorme cantidad de ecosistemas en pleno y constante funcionamiento.

Desde tiempos ancestrales, los humedales han jugado un papel sumamente importante al ayudar, por ejemplo, a elaborar el petróleo y carbón que hoy utilizamos, o ser fuente de alimento para las civilizaciones, acota el biólogo ambiental Jairo Castillo, del Laboratorio Marino de Punta Galeta.

Cangrejos, mapaches, ñeques, gatosolos, conejos, serpientes, cocodrilos, lagartijas, insectos, perezosos, aves y murciélagos, entre muchas otras especies, algunas en peligro de extinción, hallan refugio en los humedales.

Los científicos comparten más “servicios ambientales” de los humedales: control y protección de inundaciones y tormentas, reposición de aguas subterráneas, provisión y mantenimiento de los recursos hídricos como limpieza y purificación del agua, reservorios y conservación del agua; soporte de cadenas tróficas, estabilización de costas, retención y exportación de sedimentos y nutrientes, así como producción pesquera, absorción de CO2, mitigación del cambio climático y corredor biológico de especies.

ESTADÍSTICAS

Panamá cuenta con 39 humedales, cuatro de ellos en la Lista Ramsar o Lista de Humedales de Importancia Internacional, según el Inventario de Humedales del Centro Regional Ramsar.

Ellos son San San-Pond Sak, Golfo de Montijo, Punta Patiño y Bahía de Panamá.

La mayor parte de los manglares nacionales (91%) se encuentra en el Pacífico y el resto (9%) en el Caribe.

Alrededor del 43% está dentro de las zonas protegidas.

En 1969, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación registró 3 mil 615 km2 de manglares en Panamá.

Para 2008 la cifra había descendido hasta los mil 697 km2, según el Centro del Agua del Neotrópico Húmedo para América Latina y el Caribe.

Se ha perdido el 55% de la cobertura de manglares en el país en menos de cuatro décadas, a un ritmo de 50 km2 anuales.

La agricultura no sostenible, el desarrollo inmobiliario y turístico, y la contaminación costera, destacan como las principales causas de la destrucción de estos ecosistemas.

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