El presidente del Senado brasileño, Renán Calheiros, quien está contra las cuerdas por graves acusaciones de corrupción, ha montado una red de "espionaje" con fines de chantaje, según denunciaron legisladores citados ayer por medios locales.
Las nuevas denuncias contra Calheiros aparecieron publicadas ayer en el diario Folha de Sao Paulo y en la revista Veja, en los que varios senadores afirman que han descubierto que el titular del Senado ha mandado a instalar cámaras ocultas para "espiar" todas las actividades de sus adversarios.
El senador Demóstenes Torres, del opositor partido Demócrata, afirmó que el montaje de esa red ha sido realizado por Francisco Escórcio, asesor especial de Calheiros, quien ha colocado las cámaras ocultas hasta en hangares del aeropuerto de Brasilia, utilizados por los empresarios que suelen alquilar avionetas a los parlamentarios.
Asimismo, Torres denunció que han sido instalados mecanismos de escucha en los teléfonos de varios senadores que presionan por la renuncia de Calheiros, quien está acusado de corrupción, fraudes fiscales y abuso de poder en tres procesos abiertos en su contra en el Consejo de Ética del Senado.
En un primer proceso, en el que era acusado de recibir dinero de una empresa que participaba en licitaciones públicas, Calheiros fue absuelto por el plenario del Senado, donde la base oficialista logró imponer su mayoría.
Calheiros es un influyente caudillo del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el de más peso en la coalición tejida por el presidente del país, Luiz Inácio Lula da Silva, y tiene además las primeras minorías en el Senado y la Cámara de Diputados.
Las denuncias de espionaje fueron ratificadas también por el senador Marconi Perillo, miembro del opositor Partido de la Social Democracia Brasileá (PMDB), quien las consideró "gravísimas".
Perillo adelantó que la semana próxima el PSDB denunciará el caso formalmente ante el Senado, con el objetivo de que sea abierta una nueva investigación contra el titular de esa cámara.
Torres, por su parte, anunció que el partido Demócrata hará lo mismo.
"Es inadmisible que un asesor del presidente del Senado, con o sin su autorización, se ocupe de montar cámaras y escuchas para espiar a los senadores. Es absurdo, y más que absurdo, es delito", afirmó el senador opositor.
