La “última oportunidad para la democracia” en Irak podría perderse si el primer ministro chiita Nuri al Maliki se mantiene en el poder a pesar de que una coalición suní ganó las elecciones de hace siete meses, dijo ayer domingo un gobernador e importante líder suní.
El gobernador de la provincia de Nínive, Athil al Nujaifi, aseguró que Irak se “dirige hacia una dictadura” si Maliki se las arregla para quedarse en el cargo mediante alianzas con extremistas chiíes y kurdos.
“Este es la última oportunidad para una democracia en Irak”, dijo al Nujaifi en su oficina de Mosul, a unos 360 kilómetros al noroeste de Bagdad. La ciudad es la tercera más grande del país y en el pasado fue una de las zonas con gran presencia de al Qaeda.
“Si los iraquíes no pueden llegar a un consenso y formar un gobierno que esté acorde con los resultados electorales, ya no habrá ningún tipo de apoyo a la democracia. Y, en el futuro, nadie querrá formar parte del proceso democrático, advirtió.
El gobernador es integrante de la coalición secular Iraqiya, fuertemente respaldada por la minoría suní. En las elecciones parlamentarias venció por un pequeño margen a la alianza política chiita encabezada por Maliki. Pero no obtuvo los suficientes escaños para controlar la mayoría y formar un nuevo gobierno.
