El triclosán, un potente agente antibacteriano y fungicida presente en muchos productos de higiene personal, desde el jabón líquido hasta la pasta de dientes y el desodorante, podría ser más malo que bueno para la salud, de acuerdo con un nuevo estudio.
Según investigadores estadounidenses, que analizaron sus efectos en ratones y peces pequeños, este agente desinfectante, ya sospechoso de alterar el funcionamiento del sistema endocrino, puede afectar dramáticamente la función muscular, en particular la cardíaca.
El toxicólogo Isaac Pessah, profesor de la Universidad de California en Davis, y sus colegas sometieron a ratones a dosis de triclosán similares a las que están expuestos los seres humanos en la vida cotidiana y descubrieron que los músculos de los ratones tenían dificultad para contraerse.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y la Agencia de Protección Ambiental revalúan los riesgos de este componente. La decisión se espera para el próximo año.
El triclosán es eficaz en la prevención de la gingivitis, señala en su web la FDA, que reconoce no tener suficiente evidencia para recomendar a los consumidores que dejen de usar productos que contengan esta sustancia. Sin embargo, la FDA admite que no hay pruebas de que el triclosán en los jabones antibacterianos “sea más eficaz en términos de salud que el jabón normal y el agua”.