BOGOTA, Colombia (AFP). -El conflictivo departamento colombiano de Arauca -este, fronterizo con Venezuela- se encontraba este miércoles al borde de una crisis humanitaria ante la persistencia de un paro armado decretado por el ELN y las FARC hace dos semanas, dijo a la AFP una fuente oficial de la región.
"La situación es crítica y quien más la sufre es la población civil. Estamos sin el servicio de energía desde el sábado por la voladura de varias torres de interconexión eléctrica, hay desplazamientos de campesinos e indígenas, el transporte intermunicipal está disminuido y los víveres en unos municipios están escaseando", señaló el secretario de gobierno de Arauca, Luis Riveros.
El funcionario precisó que el petrolero municipio de Saravena (350 kms. al este de Bogotá) es el más afectado por la acción de los rebeldes, que han amenazado a la población, provocando el desplazamiento de decenas de campesinos y de al menos 500 indígenas asentados en la zona rural de la localidad.
"En Saravena es donde más se ha sentido el paro. La población civil ha sido desplazada con engaños bajo el argumento de que en la zona hay combates con el Ejército y eso está dificultando el desarrollo normal del municipio", aseguró.
Riveros indicó que los aborígenes están concentrados "sin mayores ayudas y protección" en las instalaciones de un centro de educación y en la iglesia del municipio, mientras que los campesinos han abandonado sus parcelas tomando como destino la ciudad de Arauca -capital departamental con cerca de 80 mil habitantes-.
"El Ejército y la policía departamental se encuentran en la zona afectada garantizando la permanencia de la población civil en sus viviendas, pero lo cierto es que la gente está huyendo por temor a represalias de las guerrillas", anotó.
El secretario de gobierno departamental no precisó en lo inmediato hasta cuándo los insurgentes prolongarían el paro armado, que significa la prohibición total de circulación por las carreteras so pena de muerte o del incendio de los vehículos. Asimismo manifestó que el Gobierno Nacional envió la víspera a Arauca una comisión de alto nivel para asesorar a los mandatarios locales en la solución del paro y para tomar medidas preventivas frente a eventuales atentados de las guerrillas contra instalaciones oficiales o militares y la infraestructura del departamento.
Arauca, con cerca de 280 mil habitantes, se encuentra sin fluido eléctrico desde el pasado sábado debido al derribamiento de dos torres interconectoras que abastecen del servicio al departamento. El alcalde de la capital provincial decretó el sábado el toque de queda indefinido entre en la noche, mientras se normaliza el suministro de energía.
Según se indicó, la Empresa de Energía Eléctrica de Arauca gestiona el suministro de energía desde Venezuela.
Arauca, que se halla bajo estricto control militar, ha sido escenario este año de cuatro atentados con coches-bomba, atribuidos a las FARC y el ELN, con saldo de 12 muertos y una treintena de heridos, así como de varios asesinatos selectivos de políticos, líderes comunitarios y periodistas.
