Argentina celebró ayer elecciones legislativas para la renovación parcial de las dos cámaras del Congreso y legislaturas provinciales, en los primeros comicios generales desde que asumió el cargo el presidente, Néstor Kirchner.
El Gobierno argentino realiza su primera medición electoral clave, tras dos años del inicio de su gestión, con una disputa que tiene uno de sus ejes centrales en la provincia de Buenos Aires.
El "kirchnerismo" selló alianzas con intendentes y el gobernador Felipe Solá para disputar ese espacio al ex presidente Eduardo Duhalde, definición que puede provocar un reordenamiento del poder político en la provincia, bastión duhaldista especialmente en los cordones del conurbano.
Las encuestas previas revelaron un triunfo por amplio margen de la primera dama, Cristina Fernández de Kirchner, sobre Hilda Chiche González de Duhalde, ambas candidatas a senadoras por la provincia. Kirchner llegó al poder bajo amparo del duhaldismo tras la crisis de 2001, que desembocó en la renuncia del ex presidente Fernando de la Rúa en medio de episodios sangrientos y el colapso de la economía argentina.
En esos comicios, de 2003, el ex presidente Carlos Menem obtuvo la primera minoría, pero desistió de presentarse en segunda vuelta.
Numerosas mesas electorales, muchas de ellas en la provincia de Buenos Aires, registraron demoras de hasta dos horas en la apertura y falta de boletas partidarias.
En el partido de Tigre, zona norte de la provincia de Buenos Aires, dos enfermeras fueron detenidas cuando se negaron a asumir la presidencia de una mesa electoral, en ausencia de la persona designada para esa tarea, como impone la ley argentina.
En las elecciones de ayer estaban habilitadas para votar 26 millones 98 mil 99 personas, que eligieron 127 diputados y 24 senadores nacionales, además de 400 legisladores provinciales (departamentos) y 3 mil 738 autoridades comunales.
