Un ataque suicida registrado en un concurrido mercado de la provincia de Uruzgan, en el centro-sur de Afganistán, volvió ayer a golpear a la población civil, con 17 personas muertas, 12 de ellas niños, y una treintena de heridos, informó a EFE una fuente policial.
El atentado tuvo lugar en un mercado del distrito de Deh Rawood, en el suroeste de la provincia, que además limita con las conflictivas regiones de Helmand y Kandahar, feudos de los insurgentes talibanes.
El terrorista detonó los explosivos que llevaba adheridos a su cuerpo al paso de un convoy de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), dijo a EFE el jefe de la Policía provincial, Mohamed Qasim.
Según Qasim, 12 de las víctimas mortales eran niños, mientras que una treintena de personas, entre ellas "varios occidentales", resultaron heridas por la potente explosión.
Aunque nadie se ha atribuido aún la autoría del ataque, Qasim responsabilizó a "los enemigos de Afganistán", un término que las autoridades suelen emplear para referirse a los talibanes.
El Ministerio del Interior confirmó el ataque y el número de víctimas, mientras que la ISAF, en un comunicado, recogió la muerte de "más de una docena de civiles" e informó de otras 30 personas y ocho soldados heridos en el suceso.
ISAF no especificó si los hechos tuvieron lugar en Deh Rawood, aunque sí precisó que los heridos fueron trasladados inmediatamente a un hospital de la capital de la provincia, Tirin Kot.

